Si tienes un limón usado, no lo tires: úsalo así para limpiar la vitro

El truco viral para limpiar la vitrocerámica reaprovechando el poder desinfectante de este cítrico

Si tienes un limón usado, no lo tires úsalo así para limpiar la vitro

Si tienes un limón usado, no lo tires úsalo así para limpiar la vitro

Si existe una fruta versátil, esa es el limón: este producto natural es junto con el agua oxigenada, el bicarbonato y el vinagre uno de los elementos que se ha usado históricamente para limpiar cuando no existían productos especialmente destinados a ello, o cuando estos no estaban todavía la alcance de todos los bolsillos.

Este cítrico tiene decenas de aplicaciones: desde eliminar manchas de óxido o sudor de la ropa, para limpiar el horno o el microondas e incluso para recuperar el brillo de algunos utensilios de cocina como las ollas o cazuelas.

Uno de los usos del limón que más se ha popularizado en redes sociales a lo largo de la última semana es el de limpiar la vitrocerámica con él. Esta parte de la cocina, al igual que la lavadora en la limpieza, es una de las más importantes de la casa, ya que nos permite cocinar rápidamente. Además, tiene como ventaja respecto a los fogones que es muy fácil de acondicionar.

Se trata de un detalle importante, porque de la misma forma que es de las zonas más útiles de la cocina también es de las más sucias. Encima de la vitrocerámica preparamos todo tipo de platos, y es natural que los restos de comida caigan encima de ella.

Para limpiar la vitrocerámica disponemos de una amplia gama de productos especializados, pero si queremos reducir nuestro gasto en productos de limpieza o desarrollar metodologías más ecológicas siempre podemos acudir a este truco viral.

El método de moda para limpiar la vitrocerámica con limón consiste en diluir un par de cucharadas de bicarbonato de sodio en agua hasta conseguir una mezcla pastosa, que después distribuiremos por la vitrocerámica. Una vez hayamos completado esta parte, cogemos algún resto que nos haya quedado de un medio limón y lo restregamos por encima del bicarbonato con un poco de jabón para limpiar los platos.

A la hora de frotar el bicarbonato sobre la vitrocerámica con el limón, debemos insistir en las zonas más sucias y donde hayan quedado más restos. Una vez completado, debemos retirar con un paño húmedo.