Las salsas son el ingrediente estrella de la cocina tanto para quienes aman cocinar como para quienes lo odian. Fáciles de preparar (o comprar), estos aderezos cremosos aportan a cualquier plato un plus de sabor y textura que hace las delicias de cualquier paladar. 

Además, el universo de las recetas de salsas es tan amplio que podemos elegir entre las opciones más light y las salsas de toda la vida (que no son tan fit) sin muchas complicaciones: la oferta de productos está disponible en nuestro supermercado favorito y en nuestro libro de recetas. 

Kétchup: la salsa más popular 

Sin duda ninguna, la salsa más consumida en todo el mundo es el kétchup (un preparado a base de salsa de tomate que está presente en todos los hogares y restaurantes). Pero, aunque es el aliño favorito de muchas personas, tiene un contra: el azúcar. 

El kétchup tiene aproximadamente tres terrones de azúcar por cada 12 gramos (es decir, un vasito de salsa como los que encontramos en el restaurante) y, para todas aquellas personas que quieren adelgazar o cuidar la línea no es lo más recomendable. 

Fítchup: el kétchup fitness

Cristina Fernández Petite, en su libro El saludable sabor de lo prohibido: Las recetas saladas más sanas y brutales, ha creado la receta definitiva para poder seguir añadiendo nuestra salsa favorita sin sentirnos culpables por la dieta

El fítchup es una salsa extremadamente parecida en sabor e intensidad al kétchup con una diferencia importante: no lleva azúcar. Gracias a la sustitución de el enemigo dulce número uno, la nutricionista ha inventado una salsa que tiene todas las ventajas de nuestro aliño favorito (sin los inconvenientes). 

Ingredientes para preparar Fítchup

  • 250 g de tomate triturado (natural)
  • 50 g de tomate concentrado 
  • 20 ml de vinagre de manzana
  • Media cucharadita de pimentón dulce
  • Media cucharadita de clavo molido
  • Una pizca de pimienta negra 
  • Sal
  • Stevia

Pasos para preparar el Fítchup

Como ves, los ingredientes para preparar “fítchup” son bastante comunes, y si no los tenemos disponibles en casa, siempre podemos comprarlos en cualquiera de nuestros supermercados de cabecera (por ejemplo, el clavo molido o la stevia). 

Respecto a la elaboración del Fítchup, es muy sencilla: solo tenemos que procesar los ingredientes y buscar un recipiente adecuado para su conservación. 

  1. Tritura todos los ingredientes en la batidora hasta conseguir una pasta homogénea y cremosa similar al kétchup. 
  2. Vierte el fítchup en un bote de cristal y ciérralo herméticamente.