La llegada del sol con el calor y los días de playa despiertan el entusiasmo en esta época del año. El único foco de estrés es el período en el que la ropa de invierno sigue en el armario y a primera hora es habitual el hecho de realizar un salto de obstáculos y a la hora de vestirse.

Dedicar un tiempo al cambio de armario provoca cierta pereza y no es rara la procrastinación anual, pero para tener una vida ordenada es fundamental hacerlo de forma eficiente. Estos trucos ayudarán a amoldar el día a día con el cambio de estación.

1. Vaciar y clasificar

Desde las prendas hasta las perchas. El armario debe quedar completamente vacío, esto ayudará a que la organización sea más eficiente. Todo lleva su tiempo.

El cambio y el desapego van unidos, no se debe incluir la ropa que -a priori- no se va a usar.

Aunque de pereza cabe mentalizarse de que ocupa menos tiempo del que se imagina. Pexels

2. Limpieza a fondo

Limpiar a fondo, siempre en cualquier cambio de estación. Pexels

El cambio de armario implica un cambio de época y, tras cada vuelta de hoja conviene que la nueva esté en blanco. Por eso se debe hacer limpieza a cada rincón y cajones del armario. Revisar el buen estado de las perchas también conviene y, como consejo, elegir modelos iguales evita el caos. Un acierto.

3. Espacio para la cautela

Una parte del armario debe reservarse para guardar alguna prenda de abrigo. Algunas chaquetas, una gabardina y un anorak son las recomendables para evitar cualquier contratiempo. Los veranos en Galicia son caprichosos y los imprevistos no lo son tanto.

El resto de ropa de invierno que se guarde en cajas, bolsas y otros espacios de almacenaje debe quedarse limpio para que no se deteriore un año después.

4. Emparejar y separar

Es hora de tirar ese calcetín del que no se encuentra su mitad. Pexels

5. Organización a medida

Hay muchas formas de ordenar el armario de cara al verano. La más eficaz es priorizar la que mejor se adapte a las necesidades diarias. Las prendas pueden ordenarse por tipología, es decir, agrupar los pantalones, las faldas… o por colores, que visualmente queda muy ordenada y es muy eficaz para encontrar el estilismo se tiene ese día en mente. Pexels

6. Los zapatos

Un zapatero es un buen aliado para maximizar el espacio y organizar mejor el armario. Menos guardarlos amontonados, hay muchas opciones para los zapatos: en baldas, dentro de sus propias cajas, en cajas transparentes o de cartón del mismo color con un cartel que indique qué contiene y te ayude a encontrar el par que necesitas en el momento justo. En cuanto a las botas, un buen consejo suele ser rellenarlas de papel de periódico para mantener la forma del tobillo y evitar arrugas. Pexels

7. Camisetas en libro

Las camisetas, siempre en libro. Pexels

Se acostumbra a guardar las camisetas, jerséis o sudaderas en altas torres. Con este método, las prendas de abajo se arrugan y las pilas acaban desmoronándose. Es una forma de orden que conviene sustituir por el doblado vertical, una de las claves por las que apuesta Marie Kondo. El secreto está en hacer pequeños paquetes con la ropa que puedan sostenerse en posición longitudinal.

8. Vaqueros y pantalones

Enrollar los vaqueros y pantalones es todo ventajas. Pexels

La mejor forma de guardar los vaqueros y pantalones es enrollándolos: ocuparán menos espacio, se localizarán más fácilmente y, además, se conservarán mejor y se arrugarán menos.