Defensor de la libertad de circulación con equidad

Rafael Illescas Ortiz (Córdoba, 1944), es un insigne jurista que ha tenido con la Universidad de Córdoba, y en concreto con la hoy Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales, desde antes incluso de su creación en 1980, una intensa relación. En su condición de catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Sevilla no dudó en desplazarse con frecuencia a la capital cordobesa para impartir docencia en el por aquel entonces Colegio Universitario de Derecho. «Le llamábamos el CUCO», rememora Illescas que, en aquellos entonces, apoyó con decisión y firmeza la creación de una Facultad de Derecho dentro de la UCO, con la que no ha dejado de colaborar intensa y estrechamente, singularmente, con el Área de Derecho Mercantil.

Su amplia trayectoria profesional, en la que destaca por ser hasta la fecha el único andaluz en haber ocupado la presidencia de un organismo internacional de tanta relevancia como es la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Uncitral, por sus siglas en inglés), y su vinculación a la UCO, ha llevado a su distinción como Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad de Córdoba.

Illescas reconoce que recibir esta distinción de la UCO «significa mucho en lo personal, por mi condición de cordobés, y en lo profesional es también una satisfacción». Además, es el primer honoris causa de la universidad cordobesa en la rama del Derecho Mercantil, disciplina en la que internacionalmente no abundan los honoris causa, precisamente.

Tras aquella etapa como docente en el Colegio Universitario, el que fue catedrático de Derecho Mercantil de las universidades de Zaragoza, Cádiz, Sevilla y Carlos III de Madrid siguió vinculado a la UCO a la que atrajo la organización de diversos congresos, jornadas y encuentros. «En la Universidad hay mucha libertad para este tipo de cosas, sobre todo, de las asociaciones profesionales, que tradicionalmente hacen un congreso anual, y yo quise desde el primer momento llevarlos a Córdoba, que tiene una buena facultad y porque es una ciudad llena de atractivos», comenta.

Esta importante relación con la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales se refleja en la extraordinaria frecuencia con la tomaba parte en tribunales de selección de catedráticos y profesores titulares y de defensa de tesis doctorales.

Docencia

«Una universidad no es un decreto en el BOE, es un cúmulo de conocimientos, vivencias, relaciones, y saber que lo que estás transmitiendo a los estudiantes es una cosa cierta y comprobable», siempre guiado por «la duda metódica», destaca. Reconoce que «los mercantilistas tenemos buena y mala fama. El Derecho Mercantil es el derecho del mercado, y el mercado hay gente a quien no le gusta. Nosotros somos liberales por definición, me refiero al gremio en general, porque partimos de la libertad de contratación y hemos enseñado siempre los valores de la libertad de comercio y de circulación de las personas, de las mercancías, de los capitales, de los servicios que la Unión Europea hizo consagrar, entendidos desde el punto de vista de la equidad y la justicia», explica Rafael Illescas refiriéndose a la base sobre la que ha sustentado la docencia durante décadas.

Internacional

Rafael Illescas ha compaginado su cátedra con no pocas responsabilidades en distintas organizaciones y organismos de carácter internacional, entre ellas, la mencionada Uncitral, pero también ha sido presidente de la sección española de la Asociación Internacional de Derecho de Seguros (Seaida), de la Asociación Española de Derecho Marítimo (1992-1998) y miembro del Consejo Internacional de Presidencia de la Association Internacionale de Droit des Assurances (AIDA), por mencionar algunos.

Para el nuevo honoris causa de la UCO, todas organizaciones e instituciones son «grandes seminarios del Derecho Mercantil y del Derecho Internacional porque asiste gente gran conocedora del comercio internacional y donde los problemas se estudian en busca de un máximo común denominador, que al final se consigue a un nivel bastante más elemental, no tan minuciosísimo como los reglamentos europeos, que son de detalle hasta aburrirse», dice y remarca que «ahí aprendes el método del acuerdo; ahí nadie domina a nadie, ahí éramos iguales todos, los grandes, los medianos y los pequeñitos. Otra cosa que aprendes es que el mundo ha sabido reaccionar a pasar de 1.000 millones de habitantes a principios del siglo XX a los 7.500 de ahora. Todo el mundo come».

Balance

Aun contando con una dilatada carrera profesional y un amplio reconocimiento, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, echando la vista atrás, Rafael Illescas reconoce que «la vida familiar es un contrapunto normalmente gratificante y que serena, es un ancla e igualmente el trabajo intelectual, que ha sido mi profesión y siempre que lo he hecho, leer y escribir un libro en una habitación aislado y con algo de música, pues igualmente es muy satisfactorio. Viajar también me ha interesado y el campo, que no lo he podido disfrutar todo lo que me ha interesado», concluye.