Ficha del festejo

Ganado: Cinco toros de Miura, largos, sueltos de carnes y escaso trapío, y de juego desigual. El cuarto fue un ejemplar de Núñez del Cuvillo, noble y flojo.

Rafael Rubio "Rafaelillo": Oreja y oreja.

Morante de la Puebla: Bronca y pitos.

Curro Díaz: Oreja y oreja.

Plaza: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en el 75 aniversario de la mortal cogida al torero cordobés Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete". La plaza registró tres cuartos de entrada.


Los diestros Rafael Rubio "Rafaelillo" y Curro Díaz, con dos orejas cada uno, salieron triunfadores este domingo en la corrida con la que se conmemoraba en Linares el 75 aniversario de la muerte de Manolete en este mismo coso, en la que Morante de la Puebla fue abroncado.

Rafaelillo hacía su presentación en el coso taurino de Santa Margarita, y lo hizo con un primer "miura" alto y suelto de carnes que desde el principio manifestó una alarmante falta de fuerzas.

El murciano salió a por todas, recetándole dos largas de rodillas en el tercio y verónicas de buen trazo a un animal claudicante y que fue fuertemente protestado. Aguantó el presidente y acertó, pues el toro, con las fuerzas justas, embistió en la muleta del torero, que anduvo templado y jugando muy bien las alturas para llevar a cabo una buena faena argumentada sobre el lado derecho.

Al natural sólo hubo una serie, con muletazos de uno en uno y de nuevo toreo a dos manos que gustó mucho al tendido. Labor larga, finalizando con molinetes y desplantes. Estocada y oreja.

Con el cuarto de la tarde, un toro de Joaquín Núñez que remendaba la corrida, lo toreó Rafaelillo a pies juntos a la verónica. A éste tampoco le sobraron las fuerza y nunca humilló, pero tuvo nobleza para que el torero el torero, muy vertical, lo cuajara nuevamente sobre la diestra, sobresaliendo de nuevo los cambios de manos y pases de pecho de pitón a rabo. Una pena los dos pinchazos previos a una gran estocada, lo redujo el premio a una solitaria oreja, que, así y todo, le abría la Puerta Grande.

Morante hacía su segundo paseíllo en la feria de San Agustín, tras su actuación en la víspera sustituyendo al convaleciente Roca Rey. Hoy lo hacía con los "miuras", ganadería con la que se ha anunciado en tan sólo una ocasión en toda su carrera.

Su primero fue un toro de escasa presencia, que también fue protestado por su manifiesta falta de fuerzas. La faena de Morante de se resumió en cuatro intentonas de muletazos, dos por cada pitón, y cuadrarse en la suerte natural para dar un mitín con los aceros. La bronca que se llevó fue fenomenal.

Con el quinto, Morante tampoco encontró las maneras ni la forma para lograr algún atisbo de lucimiento. La faena de muleta sólo duró una serie ante el enfado del respetable que lo pitó con fuerza después de finiquitar su labor.

Curro Díaz, que volvía a su tierra después de ausencia en la feria del año pasado, volvió a exhibir su mejor versión. Serio, muy metido en la corrida desde el principio, dio una gran tarde de toros a pesar de las dificultades que siempre ponen los toros de Miura.

Al tercero, un precioso sardo, le enjaretó Curro Díaz un ramillete de verónicas realmente extraordinarias, llevando muy toreado al Miura, rematando la serie de media verónica muy torera.

En los medios comenzó Curro la faena de muleta ante un toro que se puso violento desde el primer muletazo, quedándose en la mitad de la suerte y buscando la taleguilla del torero. No se arrugó el diestro linarense que estuvo entregado en todo momento.

La labor, casi toda por el lado derecho, tuvo importancia por los mucho que expuso. Bien de verdad Curro Díaz, que cortó una oreja de ley.

Con el sexto aprovechó Curro las embestidas insulsas y con la cara natural del toro para cuajar una faena breve pero intensa, y premiada con otra oreja.