Valencia

La familia de Wafaa pide buscar de nuevo en el pozo los restos que faltan de la joven

La acusación particular argumenta que los 41 huesos ausentes podrían albergar pruebas de las cuchilladas, los disparos con la carabina y los golpes

El juzgado y la Audiencia han rechazado hasta ahora la petición y la familia habla de "humanidad"

Imagen facilitada por la Guardia Civil de la primera búsqueda del cuerpo de Wafaa en el pozo.

Imagen facilitada por la Guardia Civil de la primera búsqueda del cuerpo de Wafaa en el pozo. / Guardia Civil

La Guardia Civil extrajo los restos de Wafaa Sebbah, la joven de 19 años de la Pobla de Llarga presuntamente torturada y asesinada por David S. O., El Tuvi, del fondo de un pozo de riego de 16 metros de profundidad ubicado en una finca agrícola de Carcaixent (Valencia) a primera hora de la tarde del 17 de junio de 2021. Habían pasado casi dos años desde el crimen, cometido en la tarde-noche del 17 de noviembre de 2019 y el cuerpo estaba lastrado con una azada en el fondo del hoyo, de origen freático, así que a temporadas había albergado agua y a temporadas, no.

El tiempo transcurrido, las idas y venidas del nivel hídrico, dejando el cuerpo en unas ocasiones sumergido y en otras, semidescubierto, y el contacto constante con el cieno del fondo provocaron un especial deterioro del cadáver que no solo ha complicado el trabajo de los forenses, sino que ha impedido que el cadáver de la chica haya podido ser recuperado en su totalidad.

Por esa razón, por la posibilidad de que ese lodo siga albergando respuestas a algunas preguntas aún no totalmente resueltas, pero también por "pura humanidad", recuerda su madre, Soraya Taibi, la familia ha vuelto a solicitar al Juzgado de Instrucción número 4 de Alzira, que envíe de nuevo a la Guardia Civil a inspeccionar el pozo de riego de la finca Vidalet para tratar de recuperar los restos que aún faltan de Wafaa.

Diligencia para la audiencia preliminar

Se trata de una explotación agrícola con producción de aguacate y cítricos, muy cerca ya del término de la Pobla de Llarga- está a poco más de un kilómetro en línea recta del domicilio familiar de la chica- que en la época del crimen era de la familia de Tuvi y que fue vendida por esta con bastante premura a los pocos meses del asesinato de la joven.

A pesar del tiempo transcurrido y de que el nuevo propietario ha mantenido el uso agrícola del terreno, la familia de la joven, a través de su abogado, el penalista Jesús Ruiz de Valbuena, ha solicitado al juez que acceda a esta petición durante la audiencia preliminar que debería celebrarse, salvo que se oponga el acusado y pida ir directamente a juicio, en las próximas semanas.

La acusación particular ha solicitado esa diligencia en el escrito provisional de acusaciones, del que ha informado en exclusiva Levante-EMV y en el que la familia de Wafaa solicita para su asesino confeso la prisión permanente revisable y otros 33 años más de cárcel por cinco delitos: asesinato, violación, secuestro, delito de odio -la atacó por ser mujer y por ser magrebí- y tenencia de armas, por la carabina con la que tiroteó a la chica antes de matarla.

41 restos óseos desaparecidos

Durante el primer examen del cuerpo en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València, los forenses acusaron ya la falta de tejidos blandos por la acción de la putrefacción, lo que ha impedido conocer el alcance de las cuchilladas infligidas a la joven y certificar por esta vía la agresión sexual -la Guardia Civil lo ha dictaminado por otra vía-. Pero también observaron que faltaba parte de la osamenta.

Por esa razón, agentes del grupo de rescate en montaña (Greim) y de los buzos (GEAS) de la Guardia Civil, junto con especialistas en Criminalística y del grupo de Homicidios de València y de la UCO, regresaron seis días después, el 23 de junio, al pozo y volvieron a inspeccionar el fondo.

Ese segundo día, extrajeron cuatro grandes restos óseos -tres costillas y una vértebra- y algo de tejido blando. Aun así, permanece desaparecida algo más del 20 % de la osamenta de la chica -faltan 41 huesos, principalmente de manos, pies, arcos costales y vértebras-, cuyo estudio podría ayudar a saber la trayectoria y afectación de las cuchilladas, si hay más balines disparados con esa carabina -los forenses recuperaron siete en la autopsia- o si hay fracturas por golpes previos a la muerte, entre otras posibles lesiones.

Así mismo, Ruiz de Valbuena considera que incluso cabe la posibilidad de que aún pueda encontrarse alguna prenda más de la chica -el cuerpo estaba desnudo de cintura para abajo- o algún efecto personal suyo. De hecho, ha solicitado al juez no solo la inspección del pozo, sino también un nuevo registro en esa casa y la otra propiedad familiar donde presuntamente cometió el crimen, un chalé ubicado en una partida rural de Carcaixent, a unos pocos kilómetros de la finca Vidalet.

Dos crímenes casi idénticos

Esa segunda casa era propiedad del abuelo de El Tuvi, que además se perfila como asesino en serie, ya que también se le considera autor del asesinato en Xàtiva de otra mujer, Isabell Raducanu, y de su hija nonata. Isabell estaba embarazada de seis meses cuando fue estrangulada primero por la espalda con un 'mataleón' y rematada después de 37 cuchilladas, sobre las 13.30 horas del 11 de junio de 2019, cinco meses antes del crimen de Wafaa, en la que, según las pruebas reunidas en su contra, replicó y amplió la forma de matar.

La familia ya había pedido esta inspección antes por considerarla imprescindible para cerrar la investigación, pero el juzgado de Alzira, primero, y la Audiencia de València, después, han rechazado esa diligencia hasta ahora, algo que la familia de Wafaa no acaba de comprender. La última negativa, la de la sección tercera de la Audiencia, se produjo precisamente el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.