En Vilamarxant

Una mujer con ideas paranoides degüella a su bebé en Valencia

Unas semanas antes había sido atendida en el servicio de Salud Mental y en la casa dejó una nota manuscrita

Una mujer degüella a su bebé en Vilamarxant (Valencia)

Ignacio Cabanes

Ignacio Cabanes

La localidad de Vilamarxant descubrió este lunes con horror que una de sus vecinas había cometido el peor crimen que uno puede cometer, asesinar a un hijo, un bebé de un año recién cumplido. Cristina S. N., una mujer de 36 años con ideas paranoides, degolló a su pequeño vástago con un cuchillo de cocina y posteriormente trató de quitarse la vida saltando desde la azotea de la finca anexa. Pese a que se trataba de una cuarta altura, la presunta infanticida salvó la vida tras amortiguar la caída un vehículo estacionado en la calle y se encuentra ingresada, con pronóstico reservado, en el Hospital La Fe de València. 

El pequeño Eric acababa de celebrar su cumpleaños la semana pasada, el día 22 de febrero. Esta sería su primera y última celebración. Su propia progenitora acabó este lunes con su vida, como adelantó Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, en su edición digital, cuando ambos estaban solos en la casa, situada en la calle Pobla de Vallbona de Vilamarxant. El padre, un militar destinado en la base de Marines, estaba ya al tanto de los problemas mentales que atravesaba su esposa, aunque sin ser todavía consciente de la magnitud, y estaba tratando de poner algún tipo de remedio. Por desgracia, ya es demasiado tarde.

Según ha podido saber este periódico, apenas unas semanas antes la presunta parricida había sido atendida en el servicio de Salud Mental del centro de salud. Según indicaron distintas fuentes, la mujer llevaba meses sufriendo depresión posparto, lo cual podría haber agravado una supuesta enfermedad mental incipiente y todavía por diagnosticar. 

La madre, de 36 años, está hospitalizada tras arrojarse desde la azotea de una cuarta altura

"Se le estaba yendo la cabeza, pero hacer esta barbaridad, jamás lo hubiéramos pensado", apuntaron fuentes vecinales, sobre las ideas paranoides que estaba empezando a tener Cristina. La hipótesis de un posible brote, que investiga la Guardia Civil, también se refrenda en la nota manuscrita que los agentes hallaron en el domicilio, y que refleja que la mujer tenía ideas de tipo paranoide y persecutorio, tanto hacia ella como hacia el menor.

El trágico suceso se produjo minutos antes de las diez de la mañana cuando el 112 recibió un aviso de un vecino que había presenciado cómo una mujer se precipitaba desde una azotea a la calle Camp del Túria. Rápidamente agentes de la Policía Local de Vilamarxant y de la Guardia Civil, que se encontraban en las proximidades, acudieron al lugar. Éstos socorrieron a la mujer, gravemente herida pero consciente, hasta que la llegada de los servicios médicos.

La Guardia Civil identificó a la mujer, que reside en un tercer piso de una finca situada justo detrás, concretamente en el número 24 de la calle Pobla de Vallbona, y solicitaron la presencia de los bomberos para poder acceder al inmueble. Dentro del domicilio localizaron el cadáver del bebé, de un año, y el arma homicida, un cuchillo de cocina, todavía clavado en su cuerpo.

Después de asesinar al pequeño, que acababa de cumplir un año, saltó a la terraza de al lado con una escalera

La presunta infanticida presentaba múltiples traumatismos y , tras ser estabilizada e intubada, fue evacuada al Hospital La Fe de València, donde permanece con pronóstico reservado y bajo vigilancia de la Guardia Civil.

El juzgado de guardia de Llíria autorizó el levantamiento del cadáver a las 12.30 horas y el cuerpo del bebé fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de València, donde hoy se le realizará la pertinente autopsia. Agentes del grupo de criminalística realizaron una minuciosa inspección ocular tanto en la casa como en la terraza desde la que se arrojó la mujer, para tratar de esclarecer las circunstancias del brutal crimen que investiga el Emume de la Guardia Civil, con el apoyo de la Policía Judicial de Llíria.

Al parecer, la presunta parricida se habría autolesionado tras degollar a su hijo y después subió con él a la terraza. Tras coger una escalera del trastero, la mujer saltó a la azotea de la finca trasera. Después de caminar por la repisa que da al deslunado, como reflejaban todavía los restos de sangre que fue dejando, llegó hasta otra terraza, donde se subió a un saliente desde el que se arrojó al vacío desde una cuarta altura. Ella sobrevivió, pero el pequeño Eric, sin posibilidad alguna de defensa por su edad, yacía ya muerto.

"Aunque viva, después de lo que ha hecho, esa mujer ya está muerta para siempre"

Los vecinos que conocían a Cristina, y que inicialmente pensaban que se trataba de otra mujer que también reside en la misma finca, con dos hijos, uno de ellos también un bebé, estaban consternados por la muerte de Eric. «Cuando nos la hemos encontrado en la calle ya la estaban atendiendo, parece que no estaba tan mal», apuntó un testigo. «Aunque viva, después de lo que ha hecho, esa mujer ya está muerta para siempre», añadía otra vecina de la pareja.

El matrimonio, ambos españoles, llevaban empadronados en Vilamarxant desde 2017, después de mudarse desde Benaguasil. Ni un lugar ni el otro figuran antecedentes de suicidio, aunque en las últimas semanas ella había tenido que ser atendida por problemas de salud mental.

El Ayuntamiento de Vilamarxant decretó dos días de luto oficial y ha convocado un minuto de silencio hoy a las 12.00 horas a las puertas del consistorio por el fallecimiento del menor.