Tres años de prisión es la condena que un joven vecino de Zaragoza afronta por protagonizar una pelea de bar en diciembre del 2019 en la capital aragonesa. La víctima acabó falleciendo en su casa como consecuencia de un traumatismo craneoncefálico grave que nadie pudo diagnosticar y tratar porque se negó a ser trasladado a un hospital. Pese a esta casuística, la Fiscalía Provincial considera que Luis Javier R. H. debería haber asumido que dar un empujón a una persona en estado de embriaguez puede conllevar que esta caiga al suelo y sufra lesiones tan graves que le lleven a perder la vida. Ayer se sentó en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza.

Ante la magistrada, el procesado negó haber pegado ningún tipo de puñetazo a Valentín Matalla. Explicó que estaba en el bar El Capricho, en el Actur, cuando la víctima comenzó a insultar a otro cliente que padece una discapacidad intelectual al que incluso "llegó a tirarle una botella de cerveza". "Fui a apartarlo porque tenía miedo de que le pasara algo a mi mujer o a mis hijos de 10 y 1 año que estaban conmigo y mi cuñado", señaló, mientras explicó que estaba "insultando a todo el mundo" y que con él "tuvo una actitud agresiva". "Nunca pensé que moriría en casas después del empujón que le pegué", concluyó. De hecho, cuando se enteró del fallecimiento se presentó en la Policía Nacional.

 Una versión de los hechos que difiere según los testigos. De hecho, la propia representante de la Fiscalía reconoció en su informe "lo variopinto" de los mismos. Las dos amigas de la víctima mortal llegaron a describir la agresión como un puñetazo de arriba a abajo a la víctima que le hizo "desplomarse contra el suelo tras perder el conocimiento". También señalaron que habían bebido unas cervezas, pero rechazaron una ingesta masiva de alcohol. Incluso rechazaron que estuviera violento.

Por el contrario, la esposa y el cuñado de Luis Javier R. H., que en el momento de los hechos tenía 28 años, destacaron todo lo contrario. A ellos se sumó otro cliente y vecino del barrio, quien recordó que vio tirar botellines y "el chico (por el acusado) les dijo que tuviera cuidado, que podía darle a sus hijos". Este hombre afirmó que el encausado dio a la víctima «un empujón», después de que esta "le desafiara".

Junto a ellos también declararon el sanitario del 061 que asistió a la víctima y uno de los policías locales que acudió, quienes incidieron en que Valentín Matalla rechazó ir al hospital, pese a que, tal y como afirmaron ayer los forenses, eso le hubiese podido salvar la vida. "Entre el 40 y el 70% de los pacientes se salvan", afirmaron. Estos también aseguraron que había consumido mucho alcohol. Por todo ello, el abogado defensor, José Cabrejas, pidió la absolución "porque una persona no puede ser condenada por una hipótesis".