La Policía Nacional encontró este domingo al mediodía el cadáver de una mujer de 38 años, fallecida al parecer por causas naturales, que llevaba muerta unos cuatro meses en un piso de la calle Sant Fulgenci, en la barriada de Son Gotleu, en Palma de Mallorca. La mujer tenía un perro pequeño, que ha sido encontrado vivo. Al parecer ha sobrevivido todo este tiempo comiendo el cadáver de su dueña. Los vecinos de la finca explicaron que hace ya un par de meses que notaban un olor muy desagradable en la escalera, pero que no sabían de dónde procedía.

El cuerpo se descubrió sobre las dos del mediodía, en un sexto piso del número 27 de la calle Sant Fulgenci, en Son Gotleu. La Policía Nacional recibió un aviso a través del 112, alertando de que los vecinos de la finca no habían visto a la mujer desde hacía varios meses, y se temían que le hubiera pasado algo. Una patrulla policial acudió al domicilio. Los agentes llamaron a la puerta pero nadie contestó. Ante la posibilidad de que la mujer necesitara ayuda, forzaron la puerta y entraron.

En el interior de la vivienda se encontraron una escena horrible. El cadáver de la mujer estaba en avanzado estado de descomposición, y presentaba señales de haber sido devorado parcialmente por un perro de pequeño tamaño que se encontraba allí.

Los agentes alertaron al juzgado y una comisión judicial, con un médico forense, acudió poco después. El forense indicó que el fallecimiento se habría producido el pasado mes de noviembre. La mujer llevaba unos cuatro meses muerta. El cuerpo no presentaba señales de violencia, por lo que a falta de la práctica de la autopsia, se presume que debió morir por causas naturales. Durante todo este tiempo el perro habría sobrevivido devorando el cadáver de su dueña. El animal fue trasladado a las instalaciones municipales de Son Reus.

Los vecinos de la finca explicaban que la mujer, de 38 años, no tenía apenas relación con ninguno de ellos. "Vino a vivir aquí hace cosa de un año junto a su madre, que falleció un tiempo después", comentaba uno de ellos. "Desde entonces se quedó sola. Yo la veía cuando sacaba a pasear su perrito a la calle de vez en cuando, pero casi no hablaba con nadie". Este vecino recordaba que era una mujer muy alta y obesa. "Pesaría más de 120 kilos", comenta. Otro de los residentes en el edificio explicaba que "yo había notado que desde hace un mes o dos olía muy mal, pero no sabíamos de donde venía".

Se trata del tercer caso similar que se registra en Palma en el último año. El pasado noviembre se descubrió el cuerpo de un anciano que llevaba muerto unos seis meses en su casa de La Soledat. Y en febrero apareció el esqueleto de un hombre que habría fallecido hace cinco años en un piso de Cala Major.