Entrevista

Boticaria García: "La gordofobia existe y hay muchas personas sufriéndola"

La doctora Marián García presenta su último libro, Tu cerebro tiene hambre

Boticaria García presenta su nuevo libro de divulgación "Tu cerebro tiene hambre".

Boticaria García presenta su nuevo libro de divulgación "Tu cerebro tiene hambre". / BERTA PINILLOS

Juan Fernández

Acabar con los mitos y los prejuicios de la obesidad desde el altavoz que generan las redes sociales. Marián García, más conocida con el seudónimo de Boticaria García, ha publicado Tu cerebro tiene hambre, un libro divulgativo donde se apoya en los últimos científicos internacionales para elaborar un texto apto para todo tipo de públicos. La forma de tratar los temas hace que cualquier persona pueda entender cómo cambiar sus hábitos de vida.

Doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética y en Óptica y Optometría, ha pasado de enfundarse la bata a divulgar en medios de comunicación y en redes sociales. Pese a sus extensos conocimientos sobre la materia, explica los temas más difíciles y enrevesados "con ejemplos sencillos que todos podemos entender y que a los profesionales sanitarios les puede ayudar incluso de manera didáctica para sus consultas". Hablamos con ella antes de la presentación de su libro, el miércoles 31 de enero, a las 18.30, en la librería Pynchon & Co.

¿Cómo pasa una doctora en Farmacia de trabajar en una farmacia rural a hacerse viral en redes sociales?

Por una necesidad casi social. Cuando yo trabajaba en la farmacia de un pueblo de 500 habitantes, en 2013, la gente ya venía con su diagnóstico hecho por el doctor Google. Internet y las redes sociales crecían a un ritmo frenético y veía que me había salido una competencia feroz. Lo que yo dijera podía ponerlo en duda Google. Y ahí fue cuando decidí iniciar un blog. Ese blog comenzó a tener visitas, de ahí me dieron la opción de escribir un libro y eso nos ha llevado al día de hoy.

¿Este éxito ha cambiado mucho su carrera profesional?

Me ha hecho cambiar la bata por los platós de televisión. Mi carrera se ha visto sustancialmente modificada, pero he de decir que yo siempre quise dedicarme a la comunicación. Vengo de una familia de farmacéuticos y yo decidí seguir la tradición, pero al final la cabra tira al monte.

¿No lo echa de menos?

No porque tengo muchísimo contacto con la gente en el día a día en Instagram. El trato con el público es lo mejor del mostrador de la farmacia, pero esta mañana, cuando me he levantado, tenía un montón de mensajes de gente preguntándome mil cosas. Los mismos consejos que me pedían antes a un lado del mostrador, ahora me los piden al otro lado de la pantalla.

De esa forma consigue desafiar de forma directa al doctor Google.

Totalmente. La ventaja de las redes sociales, a diferencia de los medios de comunicación tradicionales en los que trabajo, es que generan mucho impacto. Te da una conexión especial con la gente y acaban confiando en tu criterio, pues ven que tus consejos de salud han sido útiles para su vida.

Pero no se queda solo ahí, pues escribir un libro como Tu mente tiene hambre le da la oportunidad de ampliar dichos contenidos.

Esa es la idea. Creo que es necesario que en un mundo en el que el algoritmo premia reels de 9 segundos, todavía siga existiendo interés por los libros de divulgación para que la gente dedique horas, subraye y tenga fuentes bibliográficas donde seguir profundizando.

Y lo escribe de una forma muy amena y fácil de leer.

El libro está pensado para todos los públicos. Lo puede leer incluso alguien que no sabe lo que es un adipocito, el cortisol o los neurotransmisores. Lo redacto con ejemplos tan sencillos como que el adipocito es una célula triste porque no le damos cariño y el miocito una célula a la que hacemos ghosting. O que la inflamación es lo que ocurre en un concierto donde se ha superado el aforo y las personas empiezan a caer mareadas porque no hay oxígeno suficiente. Son ejemplos sencillos que todos podemos entender y que a los profesionales sanitarios les puede ayudar incluso de manera didáctica para sus consultas.

En el libro habla de cosas concretas, como de las ventajas e inconvenientes del ayuno intermitente.

Sí, intento establecer una clasificación de las dietas en forma de semáforo. Y el semáforo está en ámbar para el ayuno intermitente. ¿Por qué? Porque puedes pasar, pero con cuidado. El ayuno intermitente puedes hacerlo, pero con ciertas precauciones, pues no es para todas las personas. Tienes que tener unas guías para saber hacerlo, requiere que haya un profesional ayudándote. Pero claro que tiene beneficios, del mismo modo que se han demostrado los inconvenientes que causa cuando no se hace bien. Por ejemplo, no es nada adecuado para personas que tienen trastornos de la conducta alimentaria.

¿Las personas con trastornos alimenticios tienen que andar con pies de plomo en temas de nutrición?

Por supuesto. Es un problema importante que las redes sociales evidencian, pues magnifican y ayudan a hacer virales algunas tendencias que no son las apropiadas. Por eso, cuando hablamos de dietas que modifican las cotas habituales, es muy importante el asesoramiento nutricional e incluso llevar a cabo un abordaje integral. No solo nutricional, también psicológico. Con este libro pretendo dar estrategias de una manera general y despertar ese gusanillo para el que quiera profundizar o cambiar sus hábitos.

Otro de los mitos que rompe es la de la importancia del ejercicio por sí solo.

El ejercicio tiene que ir acompañado de una dieta. Solo con ejercicio no se puede perder peso, tendrías que hacer dos o tres horas de ejercicio al día. A la hora de perder grasa, mucha gente piensa que simplemente con ejercicio físico y haciendo lo que le dé la gana comiendo puede perder peso. Y eso realmente es muy complicado.

¿Puede una persona con obesidad estar sana?

Es un tema muy polémico. Hay personas que presentan obesidad, pero cuyas analíticas están perfectas. No tienen glucosa, no tienen diabetes, no tienen colesterol... Que en los parámetros que se miden no dan ningún síntoma de alerta. Pero cuando se hacen estudios a futuro, ven que en 4 o 5 años acaban teniendo mucha más predisposición a sufrir enfermedades cardiovasculares, ictus o infartos. Entonces, ¿se puede tener obesidad metabólicamente sana? Sí, pero solo un ratito. Es como la goma de un bikini, el primer año está perfecta, pero en 3 o 4 años las gomas dejan de dar de sí. El cuerpo de las personas, a medida que se hace mayor, no es capaz de soportar esa inflamación y empieza a haber problemas.

¿Cuáles son los principales retos a los que se ha enfrentado al escribir este libro?

El mayor reto con la ciencia siempre es la investigación. Ha sido encontrar el rigor científico y la evidencia más actual, analizar cuáles son los últimos estudios y contar con una obra de divulgación lo más actualizada posible hasta la fecha de su publicación. Luego también es un reto escribir un libro que requiere una sensibilidad tan importante para hablar de temas como el sobrepeso o la obesidad. Son cuestiones que tienen que abordarse desde la ciencia y evitar que la fisiología se confunda con la estética. Está hecho para que todo el mundo se pueda sentir identificado. Para que no se sientan agredidos y que piensen que es una herramienta más que les va a ayudar. Porque la gordofobia existe y hay muchas personas sufriéndola.