Cinco años tenía cuando ya se empapaba de Historia. Lo hacía con especiales de National Geographic sobre Egipto. Siempre quiso ser arqueóloga. Aunque este camino lo tomó también por influencia de su abuela. A su bisabuelo lo asesinaron en la Guerra Civil y esto le marcó hasta las entrañas. Otro factor importante fue su hermana, Candela Chaves, historiadora, que forma parte del Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura y a la que considera su mayor referente. Ahora realiza una tesis doctoral en la Universidad de Granada y forma parte del proyecto europeo que ha impulsado la reapertura de la cueva de Maltravieso de Cáceres. Su nombre es Celia Chaves Rodríguez, una joven de 34 años de Montijo, y una de las arqueólogas que está detrás de las visitas de este escenario de arte rupestre con 66.700 años de antigüedad.

"Ha sido algo inesperado para mí y es todo un orgullo", expresa. Chaves estudió Historia en la Universidad de Extremadura, en la capital cacereña; después hizo un máster de Antropología Física y Forense y ahora está de vuelta a su tierra para terminar el doctorado sobre las princesas suevas, en Mérida, donde investiga sobre estas nueve mujeres jóvenes nobles del siglo V que fueron inhumadas con joyas de plata y oro, tenía que gestionar un proyecto europeo. "Nada mejor que Maltravieso", asegura. "Cuando era estudiante de la UEx, en 2012, hice talleres con escolares en el centro de interpretación de la cueva. Es un gran honor volver. Estoy aprendiendo muchísimo. Sobre todo de Hipólito Collado, jefe de Arqueología de la Consejería de Cultura. Es un enorme profesional", explica. "El arte rupestre es súper interesante. Animo a todo el que tenga la oportunidad a conocer este tesoro", alienta.

Celia Chaves Rodríguez posa en la entrada de la cueva de Maltravieso.

Sector masculinizado

Antes de adentrarse en este proyecto, Chaves había recorrido Extremadura durante cinco años como arqueóloga de urgencia. Esto consiste en que, cada vez que en el marco de una obra se hacen movimientos de tierra en cotas bajo rasante natural, la promotora está obligada a comunicarlo a Patrimonio, que condiciona la actuación a la presencia obligatoria de control arqueológico de las obras promoviendo el carácter preventivo del seguimiento. "Esto es por si aparece algún hallazgo. En la región ocurre muy a menudo", señala. 

Que en el sector de la construcción predominan hombres es una evidencia. "Ya de por sí es un trabajo algo controvertido. Por culpa de dichas excavaciones suelen paralizarse las obras», relata la joven. "Además, son empleos que aún están muy masculinizados", añade. "Normalmente, en estos entornos hacia las arqueólogas hay dos actitudes; o intentan convencerte con estrategias de cierto filtreo o con una posición paternalista. Esto es algo que comentamos entre las compañeras", apunta. "Aunque por lo general, los promotores nos entienden, siempre ha sido difícil imponer mi criterio en algunas situaciones", expresa. "A las mujeres nos ha costado mucho hacernos hueco", lamenta. "Incluso, a la hora de investigar el foco se pone en ellos. Apenas hay estudios de mujeres, normalmente nos centramos en los hombres", acuña.

En este contexto, nombra a varias de sus referentes femeninas y afea la escasez de nombres de mujeres en la Historia, en general, y en la Arqueología, en particular. Almudena Hernando, Margarita Sánchez Romero, Macarena Bustamante --su tutora de la tesis--, Cristina Charro y todas y cada una de sus compañeras con las que "he tenido el placer de trabajar en algún momento". "En realidad podría enumerar a muchísimas", destaca. "Por contra, debo decir que sí que he apreciado evolución en mi trayectoria laboral. Cada vez somos más, pero seguimos siendo menos".

Destapar fosas comunes

"España tiene la tarea pendiente de destapar las fosas comunes. Es cuestión de derechos humanos. Esto es algo que no sucede en el resto del mundo", declara.

En cuanto a la ley de Memoria Histórica, la extremeña hace hincapié en que considera que debe cumplirse independientemente de la ideología. "No tiene nada que ver con los colores políticos", sentencia.

Mientras, ella dice que no quiere perder la curiosidad por la ciencia. "No pararé de buscar este interés por satisfacer esta necesidad científica".