Las empresas han usado, de manera tradicional, la RSC como una forma de minimizar el impacto negativo de sus actividades. Estas afectan al medio ambiente, el entorno local en el que se asientan o a sus propios clientes. Para solucionar los problemas que causan, es necesario que las compañías se hagan cargo de su responsabilidad. Sin embargo, en los últimos años, otras organizaciones están adoptando medidas y desarrollando acciones propias de la RSC, como es el caso de las comunidades de propietarios.

La responsabilidad social corporativa más allá de las empresas

Las comunidades de propietarios, como organización humana que son, cuentan con algunas similitudes con las empresas. Para empezar, no son ajenas al tejido social en el que se encuentran y generan un impacto en ellas. El propio comportamiento de los vecinos tiene efectos sobre el resto de personas. Por ejemplo, si la convivencia es tensa o se genera demasiado ruido, se dejará notar en todo un barrio.

El medio ambiente, aunque se encuentren en un ámbito urbano, también se ve afectado por su comportamiento. Las comunidades de propietarios generan residuos y contaminación que debe administrarse de manera racional. Para esto, es imprescindible cumplir con las normativas municipales vigentes, pero cabe la posibilidad de desarrollar acciones positivas. Estas, como puede ser una campaña de reciclaje, se enmarcarían dentro de la RSC.

El uso de los recursos naturales y energéticos a su alcance es otro factor a tener en cuenta. La eficiencia energética es una apuesta que se va generalizando entre las comunidades de propietarios. No solo contribuye a reducir gastos o aumentar la evaluación energética de las instalaciones, sino que causa unos impactos positivos que no pasan desapercibidos. Sustituir calderas de gasóleo por otras más eficientes, como las de biomasa, o instalar paneles solares son algunos ejemplos de acciones que ya se están realizando.

Las comunidades de propietarios tienen la oportunidad de desarrollar planes y acciones de RSC. Estos no están vedados para las empresas, ya que existen varias similitudes entre los dos tipos de organización.

Además, las comunidades deben ofrecer un trato justo y respetuoso a los empleados que tengan contratados. Los porteros, conserjes o limpiadores merecen un tratamiento ajustado a sus derechos laborales. Esto se reflejará a la hora de redactar contratos, utilizar convenios colectivos o mediante una retribución adecuada en función de las actividades que lleven a cabo.

En definitiva, las comunidades de propietarios tienen la oportunidad de desarrollar planes y acciones de RSC. Estos no están vedados para las empresas, ya que existen varias similitudes entre los dos tipos de organización. Además, es posible actuar a un nivel local al cual es muy difícil llegar y que merece la pena explorar.

¿Cómo aplicar la RSC en una comunidad de vecinos?

Desarrollo sostenible

La responsabilidad social sobre el medio ambiente se deja notar a través de la administración de fincas. Las acciones realizadas se focalizan en obras de rehabilitación, estudio de consumo energético, gestión de residuos o uso de fuentes de energía renovables. Por tanto, se trata de promover la eficiencia energética dentro de las instalaciones que pertenecen a la comunidad. Y estos son solo unos ejemplos sencillos de lo que podemos llevar a cabo.

Aportaciones en la sociedad

Una comunidad de vecinos tiene la oportunidad de colaborar en proyectos humanitarios en marcha, como los desarrollados por una ONG o el ayuntamiento de la localidad. Una alternativa reside en efectuar tareas de voluntariado. Ayudar a la asistencia a mayores o llevar a los niños de los vecinos al colegio son pequeñas aportaciones que no pasan desapercibidas. Participar o diseñar eventos deportivos, tanto internos para la comunidad como externos, servirá para estrechar lazos y generar impactos positivos.

Compromiso entre generaciones

En las comunidades de propietarios es frecuente encontrar personas mayores. Ante esta situación, es necesario establecer un compromiso entre las generaciones para evitar diversos problemas. El principal es la soledad, pero no conviene dejar de lado la supresión de barreras arquitectónicas o la instalación de sistemas de comunicación adecuados. Una RSC bien desarrollada en este ámbito generará impactos muy positivos.