Uno de los asuntos que más preocupa es el cambio climático. Por ello, el cuidado del medioambiente ha pasado a ser una parte indiscutible de la acción de las compañías en la actualidad.

El vínculo entre el medioambiente y la RSC

En enero del año 2020, el Congreso de los Diputados declaró la «emergencia climática». Con este acto simbólico, se pretende poner el foco sobre los riesgos que el calentamiento global supone para la humanidad. Por su parte, refleja el papel que ciudadanos, instituciones y empresas tienen en evitar sus efectos.

Precisamente, son estas últimas las que hacen patente el vínculo entre el medioambiente y la RSC. 

La RSC medioambiental por sectores

Si analizamos los sectores, podemos ver algunos que están poniendo más esfuerzos que otros. La alimentación, por ejemplo, está incrementando su responsabilidad ecológica. Esto se hace patente en empresas como Nestlé, el Grupo Corona o Bimbo, que apuestan por productos sostenibles y de kilómetro cero.

Por otra parte, las aerolíneas aún tienen esta cuestión como asignatura pendiente. Prueba de ello es el informe Analysis of the environmental, social and governance information and performance of European airlines (from 2018 to 2020), elaborado el pasado año por el Observatorio de Responsabilidad Corporativa. En él se advierte de que estas compañías utilizan criterios basados en sus intereses, a la vez que promueven actividades para presionar a los reguladores. Un buen ejemplo de colaboración es la join venture de, Iberia y Repsol, que operarán nuevos vuelos con un porcentaje creciente de mezcla de biocombustibles que puede llegar hasta el 50%. Este producto se elaborará en la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que está previsto que entre en funcionamiento en 2023 en Cartagena. En estos objetivos se analiza también la eficacia que las políticas de RSC están teniendo en el sector de la aviación. Según Shaun Hendy, especialista en física, esta actividad comercial representa el 3,5 % del impulso al cambio climático. Después de todo, el informe del observatorio califica sus esfuerzos con un 39,2 sobre 100 puntos.

Las cadenas de supermercado, por su parte, han realizado esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos. Esto ha sido incluido por la ONU entre sus Objetivos de Desarrollo del Milenio como consecuencia directa de las sequías.

Cómo se lleva a la práctica la RSC medioambiental

La gestión de la responsabilidad social suele quedar en manos del departamento de recursos humanos. En otras compañías, es el departamento operativo el encargado de asumirla, tanto interna como externamente. Con independencia de esto, lo importante es cómo la llevan a la práctica, es decir, qué medidas conciben.

Durante los últimos años ha aumentado el número de certificaciones ambientales solicitadas que permiten conocer la calificación energética de las oficinas o naves industriales, entre otros aspectos. Estos controles han recibido un impulso como consecuencia de las subvenciones estatales y europeas. Y, sobre todo, con los fondos Next Generation.

La energía es otro de los focos más relevantes. Cierto es que ha sufrido un parón como consecuencia de las crisis con Rusia y Argelia, pero continúa siendo un objeto de reflexión. Distintos negocios están apostando por el autoconsumo fotovoltaico, para lo que también existen ayudas públicas.

Es posible identificar políticas inherentes a un sector determinado. Este es el caso del transporte, que ha apostado por la electrificación de sus flotas. Si las primeras versiones del plan MOVES de subvenciones descartaban esta opción, ahora ha pasado a ser una realidad. Por tanto, empresas de movilidad urbana, transporte privado o de mercancías están aumentando su compromiso.

Las empresas más comprometidas con el medioambiente

En nuestro país hay compañías que destacan por su implicación con la conservación del planeta. Crear un mundo más verde se ha convertido en una prioridad para negocios de distintos sectores. Este es el caso del Banco Santander, que cuenta con un índice Dow Jones de sostenibilidad de 86 sobre 100.

Por su parte, empresas energéticas como Naturgy o Endesa también han sido reconocidas en prestigiosos foros por su labor medioambiental. Lo mismo sucede con Acciona, Ferrovial o Telefónica, que dirigen proyectos sociales de carácter ecológico en regiones que se encuentran en desarrollo.

En definitiva, la responsabilidad social corporativa y el medioambiente están estrechando lazos con cada vez mayor fuerza. El futuro dibuja un panorama optimista si analizamos las previsiones para los próximos años. Todavía queda pendiente el reto de la energía, pero el compromiso está ya sobre la mesa.