El Defensor del Paciente ha pedido a la Fiscalía de Málaga que investigue una segunda muerte en el Hospital Costa del Sol de Marbella por "presunta negligencia u omisión del deber de socorro". El fallecido era un hombre de Mijas Costa con 61 años, diabético y con las dos vacunas puestas. También estaba contagiado de Covid-19.

Según cuenta la familia a este periódico, el hombre, que tenía una discapacidad intelectual, tenía dificultades para comunicarse por lo que, al notar que en los últimos días perdía apetito y se aquejaba de un dolor de piernas, el jueves de la semana pasada la familia quiso hacerle una prueba serológica que resultó ser positiva, pero se mantuvo en casa con síntomas leves.

El domingo 8 de agosto, debido a la debilidad que mostraba, aunque apenas tenía fiebre, la familia resolvió llamar a una ambulancia y acabó siendo derivado al Hospital Costa del Sol de Marbella. Al ser positivo, lo trasladaron a una sala con pacientes Covid, donde le midieron la saturación, que estaba "bajita", según le trasladó el personal sanitario a la familia, de manera que le pusieron oxígeno.

"Mi madre estaba con él allí en la sala. Ya no le hicieron más nada y a las dos horas le dicen que lo van a dejar aquí [en el hospital] porque tiene el azúcar un poco alta. Le dicen que lo van a dejar aquí y le hacen una placa", cuenta una sobrina del fallecido.

El lunes por la mañana recibieron una llamada de una médico que les comunicó que tenía un pulmón "un poco más inflamado" pero estaba bien, y que únicamente habían tenido que amarrarle las manos porque se quitaba las vías, por lo que lo pasarían a planta, ya que se encontraba hasta el momento en observación. Por la tarde volvieron a recibir una llamada en la que aseguraron que el paciente se encontraba estable.

Certificado médico de defunción cedido por la familia. / L.O.

Al día siguiente, al no recibir novedades por parte del hospital, la familia se puso en contacto con el centro. "A las cuatro [de la tarde] llamo al hospital de Marbella y me dicen que no me preocupe, que hay muchos pacientes y que están llamando a la gente grave. Nos quedamos descansando", continúa la sobrina. No obstante, a las 20 horas reciben una llamada en la que los sanitarios les explican que el paciente "está muy grave, que se la han parado los riñones, que posiblemente tenga una bacteria y que lo iban a meter en la UCI".