Los tiburones podrían ser víctimas colaterales del covid a causa de su excesiva pesca para obtener un compuesto llamado escualeno para la elaboración de vacunas eficaces contra el virus. Otro de los peligros de esta especie, según un estudio internacional publicado en la revista 'Nature', es la sobreexplotación de la pesca, que está llevando al borde de la extinción a los tiburones y las rayas, cuyas poblaciones han disminuido en un 75% desde la década de 1970.

En cuando a las vacunas, el escualeno de tiburón puede hacer que estas sean más eficaces pero el aumento de la demanda podría perjudicar a las especies que se encuentran en peligro de extinción. El National Geographic publicó el pasado noviembre un reportaje que explicaba por qué una vacuna contra el coronavirus podría poner en peligro a los tiburones de aguas profundas.

Ingrediente en la elaboración de viales

El escualeno es un compuesto orgánico natural obtenido a partir del aceite de hígado de tiburón, normalmente con propósitos comerciales. Es una sustancia grasa que proporciona una flotabilidad vital a esta especie que se encuentra en peligro crítico. Aunque, también ha resultado tener propiedades beneficiosas para los humanos porque es un agente potenciador de las vacunas (adyuvante), que mejora el sistema inmunitario.

Aumenta la eficacia de las vacunas

Este elemento se ha utilizado como ingrediente principal en algunos adyuvantes para aumentar la eficacia de las vacunas. Pero esta sustancia se utiliza sobre todo porque es barata y fácil de conseguir, no porque resulte más eficaz que otras fuentes.

El escualeno también está presente en las vacunas de la gripe de FLUAD y Chiron, que contienen 10 miligramos de este compuesto por cada dosis. Aunque, hay que destacar que las vacunas de Pfizer y Moderna contra el coronavirus no contienen esta sustancia.

Cada año se capturan y comercializan decenas de millones de tiburones en todo el mundo, tanto legal como ilegalmente. La mayoría de estos por su carne y aletas para su consumo como alimento. Pero, se estima que unos 3 millones, o incluso más, son capturados para obtener escualeno. En este caso, son necesarios los hígados de unos 2.500 o 3.000 tiburones para poder extraer una tonelada de escualeno.

Las asociaciones conservacionistas temen que el aumento de la demanda de escualeno para vacunas, entre otros usos, pueda poner en peligro aún más a las especies de tiburones, un tercio de las cuales son vulnerables a la extinción.

Iniciativas para protegerlos

La organización Shark Allies ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma Change.org con el objetivo de dejar de utilizar tiburones en la vacuna contra el covid y pedir que se utilicen otras opciones sostenibles existentes.

La campaña ya ha conseguido más de 120.000 firmas de las 150.000 necesarias para pedir que se sustituya el escualeno de tiburón por escualeno no animal lo antes posible e incluir esta sustancia en todas las pruebas de los productos actuales y futuros que utilizan escualeno. La intención es conseguir cambiar el estándar de la industria farmacéutica para que esta utilice recursos renovables y sostenibles en el desarrollo de sus productos.

El impacto de la pesca

Según un estudio internacional publicado en la revista Nature, la sobreexplotación de la pesca está llevando al borde de la extinción a los tiburones y las rayas, cuyas poblaciones han disminuido en un 75% desde la década de 1970.

"Las cifras muestran que la presencia global de tiburones y rayas oceánicos ha caído a tal punto que el 75% de estas especies actualmente se consideran en peligro de extinción", señala Cassandra Rigby, participante en este proyecto, en un comunicado difundido hoy por la Universidad James Cook en Australia.

El principal motivo de este declive en estas especies es que se ha duplicado la presión de la pesca y se ha triplicado la captura de estos dos animales marinos, agrega el comunicado. Esta información se basa en los cálculos de dos indicadores de biodiversidad para los tiburones y rayas que habitan los océanos del planeta.

"Esta cifra representa un incremento en 18 veces de la 'presión de pesca relativa' -la explotación relativa al número de peces existentes-. El declive puede ser peor porque este análisis comenzó a elaborarse en 1970, mientras que las flotas pesqueras se expandieron a nivel mundial antes de la década de 1950", agrega la investigadora Rigby.

Límites en la pesca

A pesar de una caída demográfica de estas dos especies marinas, los científicos han observado que las poblaciones del gran tiburón blanco y el tiburón martillo del noroeste del Atlántico parecen recuperarse a raíz de las estrictas leyes estadounidenses para proteger estas dos especies. "Se necesitan imponer límites en la pesca para prevenir el colapso de las poblaciones de tiburones y rayas", ha remarcado Colin Simpfendorfer, de la Universidad James Cook. Además, insiste en que la humanidad está "haciendo apuestas sobre lo que sería un futuro sin tiburones ni rayas en los océanos".

El estudio es un proyecto del Global Shark Trends Project (GSTP), en colaboración con especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la Universidad Simon Fraser (Canadá), la Universidad James Cook (Australia) y el Acuario de Georgia (Estados Unidos).

La FAO indicó en un informe del pasado año que hay muchos vacíos en la información referida al cumplimiento de las normas internacionales, "en particular para grupos como los tiburones, las rayas y las quimeras en la pesca de captura marina".