El rendimiento académico entre alumnos aventajados y desaventajados comienza a desarrollarse a los 10 años y se extiende toda la vida, según el estudio. El informe citado, elaborado por la OCDE y que fue presentado ayer en Londres, concluye que más de dos tercios de la brecha educativa que se observa entre los niños de 15 años y de 25 a 29 años, se remonta a los diez años de edad.

La directora de la OCDE, Gabriela Ramos, señala que el estudio confirma lo que la organización que lidera lleva advirtiendo «mucho tiempo», que «donde naces y la capacidad económica de tus padres continúa determinando tus oportunidades vitales». Esto se debe a que «estos factores influyen en la calidad de la educación» y que «la falta de equidad» en este ámbito afecta a la movilidad social», es decir, a la capacidad de cambiar de nivel socioeconómico. Ramos asegura que, en los 34 países miembros de la OCDE, ese cambio tarda en producirse entre cuatro y cinco generaciones o 135 años.

El documento refleja que los estudiantes nacidos en familias con menos ingresos y monoparentales presentan un peor desarrollo educativo en comparación con los que gozan de una mejor posición socioeconómica. Los dos mayores retos a los que se enfrentan los estudiantes nacidos en familias desfavorecidas son «la falta de calidad de sus oportunidades educativas» y el «estrés», informa Ramos, lo que limita no solo su rendimiento, si no también la autoestima y la confianza en su propio potencial.

Para la directiva, «intervenciones tempranas y efectivas en este problema» pueden «romper el círculo» para que todos los niños «tengan las mismas oportunidades de prosperar» siempre que se derriben las barreras sociales. EFE