Javier Rico nació en Villanueva de Córdoba, pero a los 10 años se marchó con sus padres y otras siete familias a Estepona. Su padre, ya jubilado, se dedicaba a la construcción, y luego montó una churrería. El es camarero en el hotel Elba.
--¿Suele visitar Villanueva?
--Si, dependiendo del trabajo. Allí siguen mis abuelos maternos y vamos a verlos.
--¿Está al tanto de lo que ocurre en su pueblo natal?
--Sí. Precisamente un tío, hermano de mi madre, tiene una imprenta y realiza gran número de folletos y libros de feria de la localidad y de otros pueblos de la comarca de Los Pedroches.
--¿Qué recuerdos mantiene de Villanueva de Córdoba?
--Me encanta ir de vez en cuando y recordar viejos tiempos. Recuerdo el colegio María Moreno, donde han construido un instituto y lo han reformado. Me vine con 10 años.
--¿Se siente orgulloso de ser de Villanueva?
--Muy orgulloso. Siempre digo que soy jarote por encima de todo. Siempre he seguido en contacto con el pueblo y lo sigo teniendo.
--¿Cómo se vive en Estepona?
--Estupendamente. Este clima es genial, aunque de vez en cuando se echa de menos volver al pueblo. No obstante solemos ir un par de veces al año.
--¿Qué siente cuando ve a un cordobés en el hotel donde trabaja?
--El año que entré, hace tres temporadas, estábamos solo dos cordobeses. Ahora ya estamos unos pocos y eso es un orgullo.
--¿Cómo es el ambiente que se respira aquí?
--Es muy bueno. El deje que tenemos no lo perdemos ni se olvida. Enseguida lo captamos entre los clientes. En cuanto lo notamos, pregunto si son de Córdoba y enseguida conectamos.
--¿Qué mensaje envía a los cordobeses que no conocen esta zona?
--Aquí se respira un clima privilegiado durante todo el año. Los inviernos son suaves y brindamos una gran oferta al visitante. Por tanto los animo a que vengan, porque el que llega a Estepona, se queda en esta bella localidad.