Pelea entre vascos y castellanos en una boda. El Juzgado de lo Penal número 1 de San Sebastián ha condenado a seis meses a dos de los invitados a una boda celebrada en la capital guipuzcoana el 28 de octubre del 2012 que acabó en pelea, y en la que agredieron a dos ertzainas, al considerarles autores de un delito de atentado a la autoridad. Otro de los acusados ha sido condenado a una multa por un delito de lesiones así como a indemnizar al agente agredido. Además, se han retirado los cargos contra el DJ contratado para la celebración, tras considerarse probado que no agredió a nadie.

La narración de los hechos tiene tintes cinematográficos pero fueron reales como el sol que sale y se ve a veces en el País Vasco. Fue hace cuatro años en San Sebastián, durante un banquete de boda con más de 100 invitados. Lo que debía ser una celebración acabó a tortas y con la intervención de la Ertzaintza. Invitados, unos de Valladolid y otros vascos, acabaran a golpes por razones políticas e intransigencia incendiada por el consumo de alcohol.

El juicio de conformidad se ha desarrollado este jueves en la sala 4 del juzgado donostiarra, tras alcanzarse un acuerdo sobre las penas mínimas y una indemnización a uno de los ertzainas agredidos. El Ministerio Fiscal pedía, inicialmente, hasta dos años de cárcel por dos delitos de atentado contra la autoridad para dos de los acusados, R.Z y su hijo A.Z, invitados por parte de la novia, y un año y seis meses de cárcel por un delito de lesiones para otro invitado de la novia y el DJ.

RIÑA TUMULTUOSA

El abogado del DJ G.E., Víctor Pérez ha explicado a los medios antes del juicio que los hechos juzgados fueron "tremendamente confusos", al producirse una "riña tumultuaria" durante el baile tras el banquete nupcial celebrado en el Hotel Londres de la capital guipuzcoana. Los ertzainas agredidos, que acudieron tras el aviso de la pelea recibido desde el establecimiento hotelero, iban de paisano, por lo que nadie supo que eran agentes de la autoridad. A la hora de atizarles todo el mundo hizo caso omiso a sus credenciales.

MÚSICA PROHIBIDA

El DJ de la boda ha declarado que antes de la celebración, el novio, con familiares y amigos procedentes de Valladolid, le prohibió poner música en euskera durante el baile. Según ha indicado, él le respondió que eso sería "malo" porque en Euskadi "seguro que le pedían música en euskera". Los anfitriones vascos no aguantaron la ofensa. El día de la boda, la novia, "15 minutos antes de terminar" la velada festiva, pidió al pinchadiscos "una canción lenta en euskera para que bailara la familia", natural de Hernani (Gipuzkoa). El asunto no debió parecer baladí a los asistentes más cerriles de Valladolid, que al escuchar la canción 'Kalambreak' del grupo vasco Gozategi debieron de perder los nervios, la compostura y, sin duda, la razón. Pero fue el novio, se supone que temeroso de las huestes vallisoletanas, se dirigió a él cogiéndole del brazo y exigiéndole que quitara "esa música etarra y mortuoria", haciendo gala de profundo desconocimiento de donde se metía con su matrimonio. Le advirtió de que, si no lo hacía, no le abonaría sus servicios.

'AMANTE BANDIDO' POR 'KALAMBREAK'

Entonces el DJ decidió cambiar la canción por 'Amante bandido' de Miguel Bosé, y varios invitados se acercaron a él increpándole y pidiéndole explicaciones ante el súbito cambio de gustos. En concreto uno de los acusados, R.Z., le pidió explicaciones y, mientras hablaban, el DJ recibió un empujón y un golpe, tras lo cual se agachó para coger sus gafas que se le habían caído y sin las que no podía ver, según ha explicado. Después llamó al encargado del hotel responsable del banquete y comenzó a recoger su equipo porque, ha dicho, la boda "había acabado" para él. También, sin música, para los asistentes. A esa hora, tanto vascos como castellanos ya eran víctimas del alcohol, no se sabe si txacolí, vino tinto de rioja o algo más potente. Según ha explicado el responsable de la selección musical desconoce quien le agredió, pero la espita de la violencia ya estaba servida como postre sorpresa.

TORTAS, DE POSTRE

A su vez R.Z. ha declarado, como testigo, que él también fue agredido pero fuera del hotel, donde ya no estaba el DJ, y desconoce la identidad del agresor. Lo mismo ha relatado A.Z., mientras que G.F., tercer acusado por un delito de lesiones, ha explicado, también en calidad de estigo, que él únicamente vio lo que ocurrió fuera del establecimiento hotelero. El caso es que las tortas se fueron haciendo hueco en la velada, sin conocerse bien ni de donde venían ni donde se estampaban. Debió correr la voz y la trifulca se hizo colectiva.

Al considerarse probado que el DJ no agredió a nadie y permanecía dentro del hotel cuando se produjeron los altercados en la salida del local, la fiscalía ha retirado los cargos contra él.

ERTZAINAS

En el juicio también han comparecido como testigos varios ertzainas, que han indicado que fuera del hotel hubo una pelea y tomaron testimonio a varios invitados de la boda. Un amigo del novio que ha apuntado que "el exceso de alcohol fue calentando el ambiente" desde el banquete. También han testificado el encargado del hotel responsable del banquete y un vigilante de seguridad, que han indicado que no estaban en el salón de bodas cuando se inició la trifulca.

En declaraciones a los medios, el DJ ha puntualizado que el ambiente estaba "muy tenso" desde el inicio del banquete, y el propio cámara le dijo "yo grabo cinco minutos y me voy". Vascos y castellanos debían de estar a esa hora mirándose con visible desconfianza. Ha explicado que hubo un invitado a la boda, que trabaja en una emisora de radio, que estuvo haciendo imitaciones de políticos como Mariano Rajoy, que no sentaron muy bien a algunos de los invitados. La música fue la excusa. Del matrimonio no se sabe nada.