La máquina de reunir información más potente y eficaz jamás creada --es decir, Google-- colgó ayer millones y millones de fotos de casi cada calle, esquina, plaza y edificio de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Las imágenes fueron tomadas por las cámaras del gigante tecnológico, colocadas en vehículos que se han paseado por estas cuatro ciudades durante los últimos meses. Y ahora pueden verse a través de Street View, un dispositivo dentro de Google Maps que permite escrutar la vida a pie de vía desde la comodidad del escritorio; una herramienta de indudable utilidad para turistas, potenciales compradores de casas, agorafóbicos, ladrones, terroristas o simples curiosos, pero que también, y cada vez más, causa temores.

En los últimos 10 años, la compañía ha sido capaz de llegar a todas y cada una de las zonas vitales del internauta, desde las noticias y el entretenimiento hasta los correos electrónicos y los anuncios. "Google ha conseguido más información sobre las personas en una década que todos los gobiernos del mundo juntos --sostuvo hace poco Andrew Keen, uno de los más lúcidos observadores de la red--. A su lado, la Stasi y la KGB parecen inocentes abuelitas. Si alguien malvado controlara la empresa, esta podría convertirse fácilmente en el Gran Hermano".

DEL CIELO A LA CALLE En el principio, Google miró al cielo. Google Earth permite ver desde el aire cualquier punto del planeta. Después llegó Google Maps, que ofrece mapas y planos. Más tarde fue Google Sky, una especie de telescopio virtual con el que se llegan a divisar 100 millones de estrellas y 200 millones de galaxias, y, desde hace cerca de un año, está Street View. En Estados Unidos, en Japón, en Australia, en seis ciudades de Francia --donde también puede verse el recorrido del próximo Tour-- y, ahora, en cuatro de España.

Al Reino Unido llegará en un futuro próximo y, a largo plazo, al ritmo que lleva la empresa californiana por crear el atlas más completo de la historia, el resto del mundo vendrá después. Todo el planeta, cada rincón de cada barrio de cada ciudad de cada país, en la pantalla del ordenador. Tanto Yahoo como Microsoft ofrecen también sus sistemas geográficos en la red, y técnicamente presentan aspectos interesantes, pero están muy lejos de Google, una de las escasas compañías que pueden vanagloriarse de contar con su propio verbo: googlear.

PRIVACIDAD El respeto a la privacidad, que ya fue objeto de polémica en Estados Unidos, volverá a serlo en España. A Google, dicen sus responsables, solo le interesan las calles, no la gente. Para evitar problemas con la Agencia Española de Protección de Datos, la empresa ha introducido un sistema que difumina automáticamente los rostros de las personas fotografiadas y las matrículas de los vehículos, pero no todos. Solo "una alta cantidad" de ellos, porque "el software no es perfecto", según reconoció Javier González-Soria, director de la división de Turismo.