Seis españoles y tres marroquíes fueron detenidos por agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, acusados de extorsionar a unas 30 empresas constructoras que trabajan en las obras de ampliación del Plan Barajas, y que se negaron a aceptar "protección" por parte de la banda desmantelada.

Los detenidos, presuntamente, acudían a las obras que las constructoras realizan en esa zona y ofrecían seguridad en las instalaciones de las mismas a cambio de unas cantidades de entre 1.200 a 2.500 euros mensuales.

Las empresas que no aceptaban la oferta a pesar de las amenazas sufrían destrozos en su maquinaria y material e incluso, según se ha informado desde la Guardia Civil, los supuestos extorsionadores recurrieron en alguna ocasión a la violencia física.

En la operación, los agentes se incautaron de diversas armas como un rifle del calibre 22, una escopeta del calibre 12, una pistola de nueve milímetros Luger y abundante munición, además de vehículos como un todoterreno de lujo y tres furgonetas que se utilizaban en la vigilancia de las obras, junto a 2.134 euros y diversa documentación.

El Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, José Navarro, señaló que "la impunidad de las mafias en estos casos es absoluta", y afirmó que esta operación ha sido posible gracias a una serie de denuncias de las empresas que han dado a conocer la situación, aunque esta no es más que una de las muchas ramificaciones de una actividad tremendamente extendida en el mundo de la construcción.