La Pasión en Córdoba

Un reconocimiento a la «riqueza, variedad y singularidad»

Toda la Semana Santa de Andalucía fue declarada de Interés Turístico a nivel regional en 2006, una consideración que específicamente poseen varias localidades cordobesas y que tiene carácter nacional en los casos de Baena, Cabra y, desde junio de 2023, la propia ciudad de Córdoba

ARRANQUE DE LA SEMANA SANTA EN CÓRDOBA. SALIDA DE LA HERMANDAD DE LA ENTRADA TRIUNFAL DESDE SAN LORENZO, ESTE AÑO CON EL TÍTULO DE FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL.

ARRANQUE DE LA SEMANA SANTA EN CÓRDOBA. SALIDA DE LA HERMANDAD DE LA ENTRADA TRIUNFAL DESDE SAN LORENZO, ESTE AÑO CON EL TÍTULO DE FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL. / A. J. González

Juan M. Niza

Juan M. Niza

El 24 de marzo de 2024, Domingo de Ramos, Córdoba comenzará a vivir su primera Semana Santa con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. De hecho, este año la ciudad tendrá dos citas con esta categoría festiva, la de la Semana Mayor cofrade y la reconocida de la Fiesta de los Patios, que obtuvo este título ya en 1980.

La declaración por parte del Gobierno de la Nación de Fiesta de Interés Turístico Nacional para la Semana Santa de Córdoba llegó el 26 de junio de 2023, culminando un expediente y un largo proceso impulsado, primero, por el Ayuntamiento de Córdoba y, después, con el visto bueno de la Junta de Andalucía. En el ámbito municipal fue Rafael Jaén (actual hermano mayor de la Quinta Angustia) el que comenzara los trámites para la declaración en su época de concejal del PP, en la Corporación 2011-2015, una tarea que después retomaría como primera teniente de alcalde Isabel Albás (2019-2023) y que cuajó un mes después de que las urnas le diera un segundo mandato a José María Bellido al frente de la Alcaldía de Córdoba. Así lo resumía Olga Caballero, presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba en la información que en su día ofreció Diario CÓRDOBA, felicitándose por el logro alcanzado tras largos años de estudios, la confección del expediente y de gestiones para la tramitación del mismo.

Volveremos a esta última declaración de la Semana Santa de Córdoba como Fiesta de Interés Turístico Nacional, pero primero debemos saber de qué se habla cuando nos referimos a este tipo de reconocimientos, qué modalidades existen, qué se requiere para obtener el título, qué consecuencias tiene y, sobre todo, un aspecto muchas veces olvidado y muy importante: a qué obliga. Y todo ello sabiendo de antemano que Córdoba tiene cinco ciclos declarados Fiesta de Interés Turístico Nacional, tres de ellos de Semana Santa (Baena, Cabra y Córdoba). Los otros dos correspondientes a las Fiestas Aracelitanas y a la Fiesta de los Patios.

Junto a las Fiestas Aracelitanas y la de los Patios, la Semana Santa de Baena, Cabra y Córdoba está declarada de Interés Turístico Nacional

Antes de nada, hay que reconocer que existe una cierta confusión entre los tipos de declaraciones vigentes, con nombres que se prestan a ello en sus tres niveles, de menor a mayor consideración es como sigue: Fiesta de Interés Turístico de Andalucía (o Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía), Fiesta de Interés Turístico Nacional y Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Haciendo un poco de historia

Buena parte de este desconcierto proviene de la propia historia y cambios que han tenido los títulos, desde que Manuel Fraga Iribarne, allá por 1964 y al frente del Ministerio de Información y Turismo creara con una orden la denominación honorífica «Fiesta de Interés Turístico», que solo podían pedir y tramitar los ayuntamientos y que se modificaría en 1968, 1971 y 1973. Ya en la democracia, la orden de 19 de enero de 1979 crearía los tres tipos de títulos: Fiestas de Interés Turístico (a secas), Nacional e Internacional, de menor a mayor importancia.

Posteriormente, la Junta de Andalucía asumiría las competencias en gestión turística y otorgaría directamente las declaraciones de menor grado a la vez que se reservaba la tramitación de los expedientes para los títulos Nacional e Internacional, cuya declaración final compete a la Administración central. La última regulación proviene del decreto de la Junta de Andalucía 116/2016, de 5 de julio, y por parte de la Administración central, el dictamen clave en la actualidad es la orden ICT/851/2019, de 25 de julio, con entrada en vigor el 8 de agosto de ese año, por la que el Ministerio de Presidencia regula las declaraciones de fiestas de interés turístico nacional e internacional. En su propio preámbulo, la orden estatal afirma que busca actualizar la anterior normativa de 2006 para adaptarla a la «sociedad de la información», un precepto que, como se verá más adelante, será clave para todo aquel expediente que aspire al reconocimiento nacional o que quiera mantenerlo.

A nivel andaluz

Respecto a la regulación de la Junta de Andalucía para la declaración de Interés Turístico de Andalucía (ciñéndonos a la última, la que está en vigor desde el 2016), la misma viene otorgada por la Consejería competente en materia de turismo con el fin de «poner de relieve la riqueza, variedad y singularidad del patrimonio andaluz, destacando aquellos recursos turísticos que posean una considerable trascendencia turística en términos de demanda y que sobresalen por su contribución al desarrollo de los valores propios y de tradición popular que conforman la imagen turística de Andalucía». La declaración puede beneficiar a más de un ámbito local y, a diferencia de otras comunidades autónomas, no solo atañe a las fiestas, también pueden alcanzar el título lugares, rutas e itinerarios, acontecimiento y publicaciones y obras audiovisuales.

JUDÍOS EN BAENA. SU SEMANA SANTA FUE RECONOCIDA A NIVEL NACIONAL EN 2001, MIENTRAS QUE EL TOQUE DE TAMBOR HA SIDO NOMBRADO PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO.

JUDÍOS EN BAENA. SU SEMANA SANTA FUE RECONOCIDA A NIVEL NACIONAL EN 2001, MIENTRAS QUE EL TOQUE DE TAMBOR HA SIDO NOMBRADO PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO. / Mariluz Ariza

Para conseguir el reconocimiento en el capítulo de fiestas es preciso que se trate de una «tradición arraigada que determine la estabilidad de la fiesta en el ámbito territorial correspondiente y la participación de la población», todo ello con una antigüedad de «al menos de 25 años ininterrumpidos», salvo fuerza mayor como en el caso de la crisis sociosanitaria de la pandemia, y que «el número de visitantes, referido a una jornada festiva, sea superior a 5.000 personas, siempre que estos representen al menos el 20% del total de asistentes, o superar el 50% de la población municipal. En todo caso, se exigirá que más de un 5% de los visitantes residan fuera de la provincia donde radique el recurso turístico», consta en el decreto.

Sin embargo, de las normativas de las últimas tres décadas nos quedan las denominación de declaraciones en el ámbito autonómico de Fiestas de Interés Turístico, de Interés Turístico de Andalucía o de Interés Turístico Nacional de Andalucía, ya que la terminología ha ido sucediéndose, en ocasiones asumiéndose el título anterior, en otras quedando pendiente de revisión, en algún caso saliendo de la lista ya que se incorpora a un estatus superior (como la Semana Santa de Córdoba, Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía en 2012 y con reconocimiento a nivel español en 2023) o directamente cuestionadas por cumplir criterios del pasado, pero no todos los que se exigen ahora.

En todo caso, ahí han estado las declaraciones de ámbito andaluz (y en ocasiones sus renombramientos por sucesivas administraciones y por la aplicación de reglamentos reformados) para la Semanas Santa de Puente Genil (en 1979), Priego (1980, 1997 y 2003), Aguilar (1999), Montoro (1999), Moriles (2000), Castro del Río (2001), Pozoblanco (2001), Hinojosa (2002) y Bujalance (2003).

Ámbito estatal

Algo más clara es la lista de fiestas reconocidas como de Interés Turístico Nacional por parte de la Administración central, quizá por haber sufrido menos cambios de reglamentación, por asumir los anteriores nombramientos en cada modificación normativa o por el actual texto en vigor, que como ya se ha adelantado es una orden de 2019 tan clara como exigente en los requisitos y que da mucha importancia a la presencia en internet y a la difusión digital.

Así, «la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional se otorgará a aquellas fiestas o acontecimientos que, habiendo sido declarados fiesta de interés turístico por la correspondiente comunidad autónoma con al menos cinco años de antigüedad, supongan manifestaciones de valores culturales y de larga tradición popular», arranca el artículo 2. Dicho lo cual, comienza el ‘papeleo’ para la solicitud, como al que tuvo que someterse la candidatura de la Semana Santa de Córdoba con la nueva ley, ya que el expediente debe estar acompañado de una memoria explicativa sobre el origen de la fiesta, continuidad en el tiempo, valor cultural, arraigo en la localidad, equipamiento turístico adecuado a no más de 50 kilómetros de la localidad, cuidado del entorno urbano y monumental y un plan de difusión de la entidad organizadora. Más aún: ese plan de difusión debe tener al menos un 10% del total de la financiación de la fiesta, tener un cupo de impactos en prensa y medios de comunicación nacionales (no valen locales ni regionales) con una antigüedad de cinco años y referencias suficientes en internet, además de web propia con numerosos condicionantes, informe de posicionamiento en buscadores de internet, perfiles en redes sociales, que se responda al perfil del turismo predominante desde el extranjero, que se propicien estancias de larga duración...

En todo caso, actualmente, en la lista de doce Fiestas de Interés Turístico Nacional que existen para Andalucía, Córdoba está más que bien representada con cinco declaraciones, cuatro de ellas anteriores a la actual norma: las Fiestas Aracelitanas (2008), el Festival de los Patios (1967, y reeditada con una nueva norma en 1980) y la Semanas Santa de Cabra (1989) y Baena (2001). A las que hay que sumar recientemente, y ya con la presente reglamentación, la Semana Santa de Córdoba (2023).

El expediente para el título de Interés Turístico Nacional dio cuenta del arraigo de la fiesta, del peso social de las cofradías y de la amplia infraestructura de alojamientos

Poco interés por lo ‘internacional’

Curiosamente, la gran presencia que tiene Córdoba en la lista de Fiestas de Interés Turístico Nacional cae en picado cuando se sube un nivel con la declaración de Interés Turístico Internacional, en donde no hay ni un ciclo cordobés reconocido con el título. Quizá eso se deba a la exigente orden citada ICT/851/2019 del Ministerio de Presidencia, que otorga la categoría internacional para que se promocione la fiesta a nivel mundial... si la fiesta ya está suficientemente promocionada en todo el planeta. 

Y es que, por ejemplo, y además de que solo se puede presentar la candidatura transcurridos al menos cinco años de la obtención del título nacional, la misma debe de ir acompañada de un expediente más ambicioso que para la declaración de ámbito estatal y que contenga un plan de divulgación turística en España y en el extranjero particularmente exigente, «tanto en cantidad como en calidad» en medios de comunicación tradicionales y digitales y al menos en español e inglés. En Andalucía, este título de Fiesta de Interés Turístico Internacional solo lo tienen las semanas santas de Málaga (1965), Sevilla (1980) y Granada (2009), que con los cánones de la normativa actual tendrían que hacer un gran esfuerzo, al menos burocrático, para ‘renovar’ la declaración. Baena se encuentra en la actualidad en el proceso de solicitar esta declaración internacional.

Más allá del ámbito nacional

Podríamos, sin embargo, hablar de un cuarto nivel de títulos para nuestras tradiciones en general y la Semanas Santa en particular, al menos tangencialmente, y es nada menos que el que otorga la Unesco con su declaración de Patrimonio de la Humanidad. Al respecto, en Córdoba estaría protegida la Semana Santa de Baena, que está reconocida dentro de la declaración del toque del tambor y el bombo, junto a su artesanía, como Bien Inmaterial de la Humanidad. De una manera colateral se podría interpretar la Semana Santa de Córdoba, al desarrollarse buena parte de la semana grande cofrade en un ámbito, el Casco Histórico y la Mezquita-Catedral, protegidos por la Unesco y que este año cumplen en 2024 treinta y cuarenta años, respectivamente, de sus declaraciones de Patrimonio de la Humanidad.

LA ENTRADA TRIUNFAL, JUNTO A LA MEZQUITA-CATEDRAL SERÁ ESTE AÑO LA PRIMERA PROCESIÓN EN ‘ESTRENAR’ EL TÍTULO DE FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL PARA LA SEMANA SANTA DE CÓRDOBA.

LA ENTRADA TRIUNFAL, JUNTO A LA MEZQUITA-CATEDRAL SERÁ ESTE AÑO LA PRIMERA PROCESIÓN EN ‘ESTRENAR’ EL TÍTULO DE FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL PARA LA SEMANA SANTA DE CÓRDOBA. / Francisco González

Perder el título

Capítulo aparte es que con las nuevas normativas autonómica y estatal, y a diferencia de otras del pasado, una vez obtenida la declaración de interés turístico el trabajo no concluye, hay que mantener durante el tiempo los requisitos que se exigen para el título y éstos pueden ser revisados de oficio por las administraciones competentes. La pérdida de algunas de las condiciones pueden hacer que se ponga en suspenso o se retire el título, aunque los membretes de los folios oficiales sigan incluyéndolo incluso años después de que ya no esté en vigor.

Particularmente delicados son algunos puntos como, en el caso de la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional, ese 10% del total de la financiación del ciclo que debe destinarse al obligatorio plan de difusión o que algún acontecimiento ponga en menoscabo el cuidado del «entorno urbano y monumental», lo que siempre es un riesgo bien por la necesidad de fuertes inversiones adicionales para el mantenimiento y la restauración de las zonas antiguas o, por otro lado, por el proceso de gentrificación que padecen muchos cascos históricos.

Un título a estrenar en la ciudad

El caso es que la Semana Santa de Córdoba poco tiene que preocuparse por ahora de la revisión del título al ser éste tan reciente, apenas nueve meses desde que el 26 de junio de 2023 el Gobierno de la Nación le concediese el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Esta Semana Santa de 2024, de hecho, es la primera que se celebrará bajo dicho paraguas, «fruto del trabajo realizado con la fórmula perfecta al contar con la gente que entiende (las cofradías), la lealtad institucional y un equipo de Turismo que sabía dónde teníamos que llegar», explicaba por entonces a Diario CÓRDOBA la delegada municipal de Cultura y exdelegada de Turismo, Isabel Albás, tras conocer el éxito de la iniciativa. En la candidatura, además del plan de difusión (con la correspondiente asignación de fondos igual o superior al 10% de la financiación global de la fiesta por el Ayuntamiento), cabe destacar la extensa y detallada memoria explicativa que se adjuntó, en la que se destacaron aspectos como el discurrir de las procesiones por un arco único en el mundo Patrimonio de la Humanidad. Otra gran baza es el peso social de las cofradías en Córdoba, su patrimonio humano y material, el arraigo en la historia de la ciudad, su papel actual incluso fuera del ámbito de la Semana Santa, como con la obra social de las hermandades, el consolidado sector artesanal y artístico ligado al arte sacro o la gestión, custodia y conservación del propio patrimonio de la cofradía. También el expediente de la candidatura cordobesa lo tuvo fácil al demostrar las virtudes de las infraestructuras turísticas, más aún con el enorme incremento registrado recientemente para las plazas de alojamiento tanto hoteleras como a través de apartamentos y de viviendas con fines turísticos, recordando esa oferta conjunta que ya existía el año pasado de más de 18.000 plazas.

Y respecto al futuro, el reto desde este mismo 2024 será mantener el alto nivel de exigencia que requiere la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Otra cuestión es si se optará en un futuro al título de Fiesta de Interés Turístico Internacional. Tiempo hay para plantearse la necesidad de este título (que por cierto tiene unos fortísimos requisitos de promoción que casi hace innecesaria como reclamo del turista la declaración en sí), ya que el expediente no se puede tramitar hasta transcurrido cinco años de la declaración de Interés Turístico Nacional.

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