Entre un ambiente que solo un barrio pueden dar, la hermandad de la Conversión se puso ayer en la calle en la que fue su primera estación de penitencia a la Catedral, así la joven corporación en un histórico Viernes Santo pudo por fin completar la que sería su primera entrada a la carrera oficial de la Semana Santa de Córdoba.
En una carpa habilitada cerca de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en la barriada de Electromecánicas se encontraba el paso, el único paso de la cofradía, un paso de misterio donde procesiona el Santísimo Cristo de la Oración y Caridad en la Conversión del Buen Ladrón, un misterio de una gran plasticidad obra del escultor e imaginero Pedro García Velasco.
Entre una gran expectación fue saliendo el cortejo de la cofradía, un nutrido cortejo muy bien organizado que comenzó su caminar por este barrio tan alejado del casco histórico de la ciudad, la hermandad tenía por delante un largo recorrido para cumplir el sueño de hacer estación de penitencia en el primer templo de la diócesis.
Tras el cortejo, ya se podían ver los ciriales, que lentamente iban saliendo, al fondo se encontraba el paso de misterio, estaba a punto de que Enrique Garrido, capataz del paso, llamara a los costaleros para la primera levantá de este crucificado que irrumpe en la Semana Santa de Córdoba.
Poco antes de las cinco y media de la tarde la Agrupación musical San Miguel Arcángel de Puertollano (Ciudad Real) interpretaba la Marcha Real y a continuación la primera marcha para el Cristo de la Oración y Caridad, que ya se encontraba en la calle entre los aplausos de los vecinos que quisieron arropar a esta joven hermandad en este día tan importante en el que se incorpora a la carrera oficial de la Semana Santa de Córdoba tras mas de una década procesionando en la tarde del Sábado de Pasión.
