Diario Córdoba

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VIERNES SANTO

La Buena Muerte, bajo la luna de la madrugada

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La Buena Muerte brilla en la madrugada cordobesa

Mientras el popular Esparraguero iba derramando su Gracia de vuelta de la Catedral rodeado de una ingente muchedumbre, se abrían las puertas de la Real Colegiata de San Hipólito, comenzaba la madrugada de Córdoba, porque mientras la hermandad de la Buena Muerte siga en la calle habrá madrugada en Córdoba.

Un inicio de madrugada que discurrió con calles repletas de gente acompañando a las últimas cofradías del Jueves Santo y que también se dirigieron hasta la plaza de San Ignacio de Loyola para contemplar el silente discurrir de la única hermandad de la madrugada, la cofradía de la Buena Muerte que volvió a dejar su inconfundible sello por las calles de la ciudad.

El paso del Cristo de la Buena Muerte llevó un calvario de clásico clavel rojo que contrastaba con la severa caoba de su paso, tras un nutrido cortejo de nazarenos apareció el palio de Nuestra Señora Reina de las Mártires con la única música del sonido de la bambalina sobre los varales.

Como novedad, este palio, que fue exornado con clavel blanco, llevaba en su candelería, totalmente encendida, será rizada recurso ornamental que ya lo llevó en otras en otras épocas y que la hermandad ha querido recuperar en esta vuelta de las cofradías a las calles de la ciudad.

En lo que respecta al exorno de la imagen lució la restauración de la corona de salida, una obra del afamado orfebre Jesús Domínguez, autor de la orfebrería del paso de palio que junto al bordado de Esperanza Elena Caro completan uno de los mejores conjunto que procesionan en las Semana Santa de Córdoba y que cada año es un privilegio poder contemplarlo.

Así caminó por doctor Fleming para luego ingresar en la carrera oficial. Con toda la luna sobre el Patio de los Naranjos volvió a salir la cofradía de la Catedral ya de regreso a la Real Colegiata de San Hipólito.

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