Convertida en una popular y arraigada expresión de fe de una localidad que tiene en esta celebración una de sus inequívocas señas de identidad, la Semana Santa de Priego de Córdoba ha alcanzado por sus singularidades una gran relevancia en las últimas décadas.

Junto a la riqueza artística de las imágenes que participan en los desfiles procesionales, o la herencia que el teatro catequético medieval ha dejado en la representación del Prendimiento, recientemente inscrito a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, en el ciclo pasionista prieguense destaca sobre manera la explosión popular del Viernes Santo con el desfile de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la bendición que la venerada imagen, en un ritual cargado de simbología, imparte desde el Calvario.

Diez son las cofradías y hermandades, algunas de ellas con más de cinco siglos de historia, que protagonizan los once desfiles y la representación de teatro sacro que conforman en nuestros días la Semana Santa de Priego.

La bendición desde el calvario

Dentro de estos once desfiles procesionales el que tiene lugar durante la mañana del Viernes Santo es, sin lugar a dudas, uno de los hitos de la Semana Santa prieguense, ya que a diferencia de otros municipios de la provincia, donde es costumbre que en las procesiones de dicha jornada Jesús Nazareno imparta la bendición en el propio desfile, en Priego, el signo de la bendición está situado en un contexto que lo hace aún más significativo, el Calvario, un lugar elevado desde donde se domina el conjunto de la localidad.

Una bendición en la que para los prieguenses, como recoge el profesor Rafael Briones Gómez, en su obra Prieguenses y Nazarenos. Ritual e identidad social y cultural, "se unen la muerte y la resurrección de Jesús, que aparece en la bendición como vencedor y señor, por lo que en Priego la Pascua de Resurrección se celebra en la mañana del Viernes Santo". En el pormenorizado estudio que Briones realiza de la singularidad de este ritual, indica que "el hombre sufriente, cargado con la cruz, condenado a muerte, es ahora el vencedor, uniéndose los prieguenses por esta bendición al triunfo de Jesús sobre la muerte, y aquellos que lo han seguido en la difícil subida al Calvario, ahora lo siguen también en la victoria".

Grandes devociones: Nuestro Padre Jesús en la Columna. Antonio J Sobrados

Junto a las particularidades del desfile procesional del Nazareno, con momentos tan particulares como el "paso redoblao", que supone la ruptura del cortejo procesional propiamente dicho y con el que se inicia desde la plaza Palenque la subida al Calvario, entre los signos que caracterizan la mañana del Viernes Santo cabe destacar el hornazo, que representa, según todos los estudios antropológicos, la renovación de la vida y la paz.

El hornazo es una especie de torta hecha con harina, agua y un huevo previamente hervido, al que se da formas diferentes y se cuece en el horno (de ahí su nombre). El pan y el huevo, elementos que podemos encontrar en otros muchos rituales católicos o paganos y que son signos inequívocos de la Pascua en otros lugares, en Priego adquiere protagonismo en un momento diferente del día de la Resurrección.

Otra de las peculiaridades de la mañana del Viernes Santo la encontramos en dos personajes únicos dentro de la Semana Santa prieguense como son Pestíñez y Bacalao, que desde tempranas horas anuncian con el ronco sonido de la tambora y el estruendo de la trompeta la salida del Nazareno. Aunque su origen es incierto, en el caso del Bacalao distintas fuentes lo sitúan en los primeros años del siglo XVII, a tenor del inventario de la hermandad nazarena de 1602, en el que se hace referencia a "la trompeta de atozar que posee la Hermandad, en poder de Juan de Ortega", siendo más incierto el origen de la participación en el desfile de Pestíñez.

Imágenes de una gran riqueza artística: Nuestro Padre Jesús Resucitado, atribuido a Pablo de Rojas. Cobo

En cuanto a la indumentaria de ambos personajes, su uniforme o traje es una casaca color albero compañera a un pantalón tobillero, completando la indumentaria unas botas altas y una celada sin plumas ni colores distintivos de hermandades, como sí ocurría antaño, cuando existían la Banda de los Bacalaos, formada por un abanderado, una tambora y tres trompeteros, uno por cada una de las hermandades que formaban el antiguo Escuadrón de Romanos que el Nazareno, la Columna y la Soledad compartieron durante varios siglos.

Escuadrón afortunadamente recuperado por la hermandad nazarena en los años finales del pasado siglo, cuyos integrantes preceden a la venerada efigie durante toda la intensa jornada. Junto a la peculiaridad de la mañana del Viernes Santo, otro de los momentos que dan identidad propia a la Semana Santa de Priego lo encontramos en la representación del Prendimiento, pieza de teatro sacro que en la tarde-noche del Miércoles Santo pone en escena en la plaza de la Constitución la Pontificia y Real Archicofradía Sacramental de la Santa Vera Cruz, Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Esperanza.

La representación del Prendimiento, inscrito desde enero de 2022 en el Catálogo General del Patrimonio Histórico como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, tiene su origen en la antigua paraliturgia de la Pasión que se escenificaba en numerosos lugares de la geografía española durante la Semana Santa, perviviendo en la actualidad en varias comarcas del centro de Andalucía en forma de representaciones durante los desfiles procesionales. Aún así, en Priego esta manifestación es significativa y peculiar dentro de su tipología, dado que sucede de forma independiente a los desfiles pasionistas, contando con todos sus elementos primigenios y esenciales.

El texto original, anónimo y escrito en latín con acotaciones en castellano, siguiendo en lo fundamental el Evangelio de San Juan, está fechado a mediados del siglo XVII. El guion actual, corregido y aumentado, fue realizado a mediados del siglo XX.

Otra de las singularidades del Prendimiento, a diferencia de representaciones en otras localidades, se encuentra en la humanización del personaje de Jesús, interpretado por el párroco o un sacerdote; la importancia y protagonismo del papel de Judas y la gestualidad, al constituirse en un drama interpretado mediante elementos de comunicación no verbal, con máscaras o rostrillos en los papeles principales (Jesús, los Doce Apóstoles y los Sayones), además de destacar el Escuadrón de Soldados Romanos, que posee la particularidad de ir caracterizado como los Tercios de Flandes. La realización por actores no profesionales, su ejecución en el espacio público y al aire libre, las mínimas condiciones escénicas para su desarrollo y la interpretación gestual del texto otorgan a la escenificación un carácter claramente popular, vivo y dinámico.

Hermandades centenarias: La Semana Santa prieguense cuenta con varias hermandades estrechamente ligadas a la historia de la localidad durante los últimos cinco siglos. Córdoba

Importantes cambios en los itinerarios

Junto al estreno del Prendimiento como BIC, la Semana Santa de 2022 pasará a la historia por los cambios en los itinerarios de nueve de las diez hermandades que procesionan debido a las obras de la calle Río, lo que deparará momentos irrepetibles, como el paso de la comitiva de La Pollinica en la mañana del Domingo de Ramos por el Adarve; el de la cofradía de María Santísima de los Dolores por el Caminillo y Obispo Pérez Muñoz; el de la hermandad del Mayor Dolor por la calle Santiago, donde en 1990 Niceto Mateos tallara la imagen de Nuestro Padre Jesús Preso, el de la Soledad por el Paseo de Colombia, el de las archicofradías de la Columna y las Angustias por las calles Virgen de la Cabeza y Amargura, y en el caso de la primera también por la plaza del Llano, que se convertirá en punto neurálgico durante estos días con el paso por dicho enclave de siete desfiles, de Domingo de Ramos a Viernes Santo.

Numerosos estrenos

En cuanto a los estrenos más significativos, el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto saldrá con la nueva ebanistería, procesionando por vez primera el bordado realizado por José Luis Sánchez del techo de palio de María Santísima de la Paz, tras no poder hacerlo en 2020. En el caso de la cofradía de los Dolores, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte lucirá su nueva corona de espinas, réplica de la actual, estrenándose la restauración de la cruz de guía y el cuerpo de acólitos que precederá a María Santísima de los Dolores, con dalmáticas cuyos bordados han sido realizados por José Luis Sánchez en los talleres Santa Clara.

El Miércoles Santo, la Hermandad del Mayor Dolor presentará en su desfile procesional la restauración de los respiraderos del palio, mientras que en el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús Preso destaca la policromía de los ángeles que flanquean las cartelas y el dorado del trono de Poncio Pilatos, imagen que también ha sido sometida a una restauración. Finalmente, en la Archicofradía de la Columna, los costaleros del Señor estrenarán túnicas, mientras que en la representación del Prendimiento se contará con tres nuevos telones.

Desfiles de gran solemnidad: Una de las principales características que definen el ciclo pasionista prieguense es la solemnidad de todos sus desfiles procesionales. Córdoba