En 1975, al cumplirse el décimo aniversario de la coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores, esta hermandad quiso agradecer a todos los cordobeses la devoción que durante siglos ha profesado a nuestra sagrada titular y que es patente todos los días del año y en especial tanto el Viernes de Dolores como el Viernes Santo. Por este motivo se acordó nombrar al pueblo de Córdoba como Hermano Mayor de Honor y así hacer justicia a tantas generaciones que de forma anónima se han postrado en la iglesia de San Jacinto a los pies de la Santísima Virgen.

La hermandad decidió que esta distinción debía recibirla el Ayuntamiento de Córdoba y así lo hizo en junio de 1976, cuando hizo entrega en las antiguas dependencias municipales de la calle Pedro López una espléndida placa de plata, realizada por Rafael Peidró, que desde entonces se exhibe en el despacho de la Alcaldía. Meses más tarde, en octubre, la Corporación bajo mazas devolvió la visita y asistió a una misa en la iglesia de San Jacinto.

Dentro de poco se cumplirán 40 años de estos hechos y con sumo placer podemos decir que los mismos siguen tan vigentes como cuando se decidieron.

El pueblo de Córdoba continúa año a año mostrando su predilección por la Virgen de los Dolores y así revalida el título honorífico que con mayor satisfacción ha concedido esta hermandad a lo largo de su dilatada historia.