Tras el fallecimiento del sacerdote Antonio Galisteo, la imagen quedaría al cuidado de su sobrino Antonio Pérez Jiménez, quien la donaría a la cofradía del Cristo de la Salud en el año 1993. En dicho año se incorpora a la Semana Santa de Aguilar de la Frontera como segundo paso de la citada cofradía y se le da la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, para no coincidir con la de la Virgen de las Angustias de la parroquia del Carmen, cuya cofradía se había fundado también ese año. Desde entonces procesiona en la tarde-noche del Viernes Santo y tiene su salida desde la parroquia del Cristo de la Salud, siendo portada en un bello trono dorado.