Bajar de peso es un objetivo que comparte una buena mayoría de la población: bien con ejercicio, con dietas, tratamientos o suplementos alimenticios, todo el mundo que quiere quitarle peso a la báscula ha probado alguna que otra técnica para adelgazar. La última moda para quemar grasa es la proteína en polvo.
La proteína en polvo es un suplemento que se fabrica a partir de distintos alimentos y que sirve para asegurar el balance correcto de nutrientes, especialmente en aquellas personas que están realizando dietas muy restrictivas o ejercicio físico intenso.
¿Por qué la proteína en polvo ayuda a la pérdida de peso?
Aunque todavía no se ha inventado el producto "milagro" que consigue reducir la grasa del cuerpo humano de forma instantánea, aunque ya hay algunos medicamentos como las inyecciones para adelgazar que se le acercan; sí hay cientos de alternativas para ayudar a ponernos en forma rápidamente.
Ninguna técnica para adelgazar es efectiva si no se acompaña de una dieta equilibrada y una rutina constante de ejercicio físico adecuado a los objetivos de la persona que quiere bajar de precio; sin embargo, hay opciones como la proteína en polvo que son bastante efectivas a la hora de cumplir esos requisitos.
El consumo de proteína en polvo para adelgazar tiene dos beneficios principales: el primero es que contribuye a la saciedad y, por tanto, a evitar el consumo compulsivo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares o el terrible "picar entre horas"; por otro lado, permite mantener una rutina de ejercicio intenso y reducir al mismo tiempo la ingesta total de calorías.
¿Cómo introducir la proteína en polvo en la dieta para adelgazar?
La forma más eficiente de incorporar los polvos de proteína al menú diario es a través de los batidos, y la mejor hora para tomarlos es a primera hora de la mañana, con el desayuno; o antes o después de realizar ejercicio físico.
Los batidos de proteína en polvo para adelgazar se pueden utilizar para añadir la cantidad de proteína adecuada a una pequeña ración de carbohidratos y grasas saludables; se pueden preparar solo con agua, o con leche de vaca o leche vegetal. Además, se pueden añadir otros ingredientes como frutas o cacao para mejorar su sabor.
