El café es una bebida a la que muy pocos se resisten, ya sea por su sabor, por su poder estimulante o por ambas virtudes. Para muchas personas, resulta casi imprescindible en sus rutinas diarias. Pero las propiedades de la cafeína, el alcaloide que está detrás de su secreto, no se aprovechan de la misma forma a cualquier hora del día.

Al consumir café, es necesario recordar que estamos ante una sustancia que actúa como una droga psicoactiva, estimulando el sistema nervioso. Habitualmente, eleva nuestros niveles de alerta y, de esta forma, reduce la sensación de sueño y nos hace sentirnos más despiertos. Además, nos carga las pilas para el trabajo y las labores del día a día. Por eso, muchos evitan tomarlo antes de acostarse y lo eligen al despertarse. Pero, ¿hacemos lo correcto si seguimos esta pauta?

Aunque a cada persona le puede afectar de una manera diferente, parece lógico evitar la ingesta de café antes de irnos a la cama, pero no está tan claro que la mejor opción de aprovechar sus beneficios sea la de tomarlo justo después de despertarnos.

El café puede consumirse de formas diversas. Shutterstock

La razón tiene que ver con nuestros niveles de secreción de cortisol. Por las mañanas, es normal la liberación de esta hormona esteroidea que incrementa el nivel de azúcar en la sangre como respuesta al estrés. El propio organismo se activa así de una manera natural, por lo que no es necesario en ese momento la sobreestimulación que aportaría la cafeína. De hecho, es posible que apenas se noten los efectos del café cuando lo tomamos para desayunar.

Según recomienda Café Baqué en un blog de su página web, lo ideal sería tomarlo dos o tres horas después de despertarse. Además, en función de los horarios de cada uno, el organismo puede generar a lo largo del día nuevos picos de cortisol que nos ayudan a mantenernos activos. Pero, sin las urgencias del desayuno mañanero, podremos detectarlos mejor para elegir convenientemente otros momentos del día en los que disfrutar de una nueva taza.

El café, demonizado durante décadas, ha sido destacado en los últimos años como un aliado para la salud en algunos estudios. En 2017, por ejemplo, una investigación del National Institute of Health (NIH) de Estados Unidos publicado en la revista 'New England Journal of Medicine' destacaba que las personas que consumían café a diario reducían su riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, respiratoria, ictus, diabetes o infecciones.

Igualmente, un estudio presentado por la European Society of Caridology (Sociedad Europea de Cardiología) ha determinado recientemente que el café tiene importantes beneficios para el buen funcionamiento de nuestro motor, el corazón.

Sin embargo, también existen estudios que apuntan a que el consumo de café es perjudicial para la salud renal de las personas mayores con sobrepeso y otros problemas de metabolismo.

En cualquier caso, para conocer los efectos en cada persona del café -y de cómo se consume: con azúcar, leche, etc– siempre se puede consultar a un médico especialista.