Andalucía no se ha distinguido este año 2021, en sus vivencias, de cualquier otra comunidad autónoma española: cifras de coronavirus al alza después de la Navidad, un año más sin Semana Santa y ferias, aperturas cuando los datos han mejorado, restricciones cuando ha empeorado la situación sanitaria, desesperación de muchas empresas y trabajadores, un verano aceptable con precauciones... Y, cuando la normalidad parecía instalarse, la llegada en el otoño tardío de la cepa ómicron que ha alterado completamente el panorama, saturado más si cabe los servicios sanitarios y hundido de nuevo las expectativas del turismo.

Pero si hay algo relevante en el 2021, también para toda España, es que al ejercicio que termina podemos llamarlo «el Año de las Vacunas». Así, con mayúsculas, las vacunas contra el covid-19, que se han ido inyectando mes tras mes y en las que Andalucía ha sido ejemplo, pues, como señalaba con su habitual llaneza el consejero de salud y Familias, el cordobés Jesús Aguirre, «vacuna que llega, vacuna que se pone». Así ha sido. Con datos del 23 de diciembre, terminamos el año con 6.9 millones de andaluces (el 81,5% de la población total, el 92,6% de la población mayor de 12 años y el 85,5% de los mayores de 5 años) con la pauta completa de la vacuna anti-covid, de los que 1,9 millones tienen, además, la tercera dosis. Una hazaña, un esfuerzo titánico de los profesionales del Servicio Andaluz de Salud y una circunstancia que permite afrontar con mayor serenidad el tsunami de contagios.

Todo ha girado este año en torno al covid, y la vida política no podía ser menos. La situación sanitaria y las distintas crisis derivadas de la pandemia han absorbido el debate político, aunque el gobierno de coalición de la Junta de Andalucía, formado por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) ha tenido un devenir cómodo que no se ha visto afectado por las crisis de la coalición en Murcia y Madrid, y que solo ha topado, al final del mandato, con el endurecimiento de las posiciones de Vox, sin cuyo voto no pudieron salir adelante los Presupuestos para el 2022. Sí es verdad que en las dos últimas sesiones plenarias salieron adelante importantes leyes (la agencia Trade que aglutinará el sector público andaluz) y decretos (el de simplificación de trámites burocráticos) que desmintieron con hechos las acusaciones del PP sobre una hipotética «pinza» PSOE-Vox.

Y cierto es que el PSOE andaluz se ha renovado este año. Susana Díaz dejó su cargo de secretaria general y su escaño andaluz para obtener plaza en el Senado, mientras Juan Espadas se hacía con la secretaría general y las agrupaciones provinciales se renovaban. Un nuevo PSOE con un nuevo candidato a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, que dejó en diciembre la Alcaldía de Sevilla y también ocupó escaño en el Senado. Ciudadanos eligió candidato a las próximas elecciones en unas controvertidas primarias que ganó holgadamente Juan Marín, y el PP confirmó como valor seguro (y amplio ganador en las encuestas) al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, si bien los sondeos dejan caer a Cs y colocan un hipotético próximo gobierno andaluz en una alianza de PP y Vox. Vox, que clama por la cita electoral, no tiene candidato, aunque el nombre de Macarena Olona está en las mentes de todos. Y la izquierda a la izquierda del PSOE sigue desunida, al menos en tres frentes: Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Más Andalucía, que ya han iniciado contactos para intentar unirse.

Los tambores electorales redoblan, pero la convocatoria depende de Juanma Moreno. Él ha puesto sus intenciones «entre octubre y junio» del 2022, completando legislatura siempre y cuando no le obstruyan en su acción de gobierno, una condición que podría calificarse de subjetiva y que no permite dar nada por seguro.