El modo genuino de vida de una casa de vecinos, una rareza que cada vez es más difícil encontrar en el Concurso Municipal de Patios de Córdoba, es lo que sigue llamando la atención de los visitantes. De los 50 patios que participan este año, muy pocas conservan no solo la fisionomía de una casa de vecinos sino la convivencia entre familias. Entre ellas, las más populares son Marroquíes 6, en el barrio de Santa Marina, y las casas de Martín de Roa 7 y 9, en el Alcázar Viejo, que fueron las más visitadas en la jornada inaugural. Otras casas abiertas en el concurso fueron en su día casas de vecinos hasta que una sola familia se las quedó y convirtió las pequeñas salas en una única vivienda.

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Patios de Córdoba 2021: Las casas de vecinos, una rareza que atrae a los visitantes Francisco González/Manuel Murillo

Reformadas para adecuar los espacios a las necesidades del siglo XXI, mantienen el patio como zona común, aunque ya no tengan que salir a él para hacer sus necesidades en un baño compartido, lavar la ropa en las pilas o para cocinar junto a las vecinas. Los tiempos modernos han cambiado muchas cosas, haciendo posible que lo que en los años 50 o 70 eran infraviviendas sean hoy apartamentos o casitas en las que se han juntado las habitaciones en las que antiguamente vivían familias enteras para hacer una distribución similar a la de una vivienda unifamiliar con cocina y baño incorporado.

En Martín de Roa 9, tras la reforma realizada por la empresa municipal de viviendas Vimcorsa (actual propietaria), residen hoy 7 familias, la mayoría matrimonios mayores o sin hijos o personas solas. María Torres es una de las veteranas y sigue siendo la «directora de orquesta» a la hora de decorar el patio con la ayuda manual del resto. Toni Alonso vive solo en uno de los apartamentos, dotados «con todas las comodidades», asegura. La renta mensual de estas casas de alquiler social sigue siendo baja, de entre 60 y 180 euros, y a diferencia de antaño, apenas están habitadas por niños. «Convivir en una casa de vecinos no es fácil porque compartes un espacio pequeño con muchas personas, pero es agradable si todo el mundo se respeta porque levantarte y salir al patio es un lujo que no todo el mundo tiene, da mucha tranquilidad, no hay ruido y es mucho más fresca que cualquier vivienda de Córdoba durante el verano», asegura Manuel, otro vecino.

Rosa Moreno, vecina de Martín de Roa 7. MANUEL MURILLO

"El patio es el salón de nuestra casa"

En Martín de Roa 7, vive Rosa Collado desde 1987 junto a su padre y su madre, instalados en la casa de enfrente, y sus hijos de 7 y 17 años. «Aquí hay cinco viviendas y todos somos como familia», asegura Rosa, que considera que «el patio es el salón de nuestra casa». Allí se reúnen a diario al caer la tarde, allí juega su hija y se evade del resto del mundo. «Yo he crecido en esta casa y me he bañado en la pila cuando el cuarto de baño compartido estaba ocupado», recuerda mientras señala el lugar donde se encontraba y recorre después los espacios que aún se conservan: las pilas centrales, el pozo y el lugar en el que antes estaba la pequeña cocina, «que ahora es la UCI de mis plantas», confiesa. 

Las pilas de lavar son algunos de los elementos que se conservan en Martín de Roa. MANUEL MURILLO

20 viviendas para 8 familias y varios artesanos

Algo parecido ocurre en Marroquíes 6, que el lunes recibió a más de 900 personas y esta mañana, había abierto la puerta a más de un centenar en solo 15 minutos, según Ángela Moreno, una de sus moradoras. "El modo de vida ha cambiado mucho, pero en Marroquíes seguimos compartiendo muchas cosas", afirma. En total, hay una veintena de viviendas, todas ocupadas, concentradas en torno a su enorme patio que están habitadas por ocho familias y el resto las ocupan talleres artesanos de distintas disciplinas. "Yo tengo lo que antes eran 4 viviendas en cada una de las cuales podían vivir todos los miembros de una familia numerosa", expone, "ahora cada uno tiene su baño individual y su independencia".

Espacios comunes conservados en Marroquíes 6. FRANCISCO GONZÁLEZ

Tampoco en este patio hay niños, ya que los tres que nacieron en esa casa ya son adultos y ahora viven en apartamentos separados de la vivienda familiar. La persona que lleva más tiempo es Pepa, de 88 años, que se instaló en Marroquíes cuando se casó. La más joven es Lola, de 26 años, que aún está aprendiendo la rutina de las plantas en el patio. Entre los artesanos, está Ángela, que es ceramista, Mari Paz, que trabaja la vidriera, un sastre, una restauradora, Antonio que hace guitarras y una artesana de los productos cosméticos naturales. Como en Martín de Roa, la renta de estas viviendas es baja, de hecho, algunos mantienen incluso la renta antigua y pagan menos de 100 euros. Otros rozan los 300. Todos viven de alquiler que abonan mensualmente al propietario, en este caso, un particular.

Interior de una vivienda actual en Marroquíes 6. FRANCISCO GONZÁLEZ

Los habitantes de Marroquíes 6 tienen la costumbre de salir a su puerta cuando hace bueno en invierno a tomar el sol y a tomar el fresquito por la noche en verano. En esta época, pese a las discusiones que puedan surgir como en cualquier "casa de vecino", van todos a una para colaborar en el trabajo que supone abrir el patio en el Concurso Municipal. El lunes, día inaugural, celebraron la cena de convivencia que realizan cada año y al cierre, seguramente harán un perol con el que poner punto final a la edición centenaria.