Estamos en plena primavera y nuestros campos, parques y jardines se engalanan de colores y olores que nuestros sentidos agradecen, más aún si cabe después de haber estado estos durante un largo tiempo privados de estos regalos que solo esta estación nos ofrece.

Un paseo por una avenida de nuestra ciudad y encontrar en ella un jardín repleto de flores, convierten a este en un baño de fuente de juventud cargado de aromas que enriquecen el alma y que tornan el gris del asfalto y una paleta de mil colores.

Desafortunadamente este año como en anteriores, la primavera en los jardines más bellos dura apenas dos semanas, pues tan pronto sus flores nos muestran su belleza el oscuro otoño con tijeras y bolsa en ristre acaba con ellas para dar color a su salón.

Señor otoño no nos prive usted de disfrutar de la belleza de las flores y déjelas marchitar en paz.