Opinión | No me digas...

Mercedes Giuffré, un lujo

«Sus libros debieran ser de lectura obligada para los ávidos de saber de aquellos sucesos que dieron al traste con la presencia de España en el Virreinato del Río de la Plata»

Apasionante. Y me pregunto, cuántos españoles de a pie, incluso amantes de la Historia, conocen algunos de los extremos más apasionantes de los años finales de la presencia española en Hispanoamérica. No sabemos nada, o muy poco, hasta que descubrimos a la profesora universitaria, escritora y ensayista porteña Mercedes Giuffré. Por suerte, la mayoría de sus libros se encuentran en Amazon, y debieran ser de lectura obligada para los ávidos de saber de aquellos sucesos que dieron al traste con la presencia, en concreto, de España en el Virreinato del Río de la Plata. Las novelas de Mercedes Giuffré nos descubren cómo los ingleses estuvieron a punto de conquistar aquellas tierras en varias ocasiones, a principios del siglo XIX, y cómo, de hecho, lograron apoderarse de Buenos Aires, pero siendo expulsados finalmente. Años convulsos entre criollos y peninsulares que tiñen las novelas de Giuffré de sentimientos encontrados. Pero, además, una de las virtudes de la escritora es haber sabido introducir, como hilo conductor de esas historias de la Historia, a un personaje crucial, el holmesiano doctor Samuel Redhead (inspirado remotamente en alguien que existió realmente), gallego de origen británico, que, título tras título, desentraña crímenes muchas veces relacionados con dichos episodios históricos, como ocurre, precisamente, en la última que he leído, ‘La asonada’. Virtud nada desdeñable esta, aderezar con tintes de novela negra unos hechos históricos ya de por sí bien negros en los que danzan, de fondo, personajes reales que protagonizaron toda aquella época (la documentación de la autora es exhaustiva y, otra virtud, no molesta, sólo se nota en las pinceladas precisas y oportunas que, con maestría, aporta al respecto). Hombres como los virreyes Santiago de Liniers, José Fernando de Abascal o Francisco Javier de Elío, y otros esenciales para aquel tiempo de intentos, conatos, traiciones e ilusiones románticas, como Martín de Alzaga, entre otros muchos. Sumémosle el hábil análisis psicológico de personajes que saben actuar y hablar como personas reales, y ya tenemos lecturas apasionantes para rato. Apasionantes, digo.

*Escritor | @ADiazVillasenor

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