Opinión | HOY
La perversión y las palabras
Mi oído padece una extraña enfermedad: pervierte lo que oye. ¡Vaya! ¡Éramos pocos y alumbró la abuela! Me explico. Llevaba tiempo notándome la rara sensación de no entender nada, algo así como cuando escucho hablar a un cretino rascaespaldas. Me aconsejaron que tenía que ir a un médico especialista, un tal otorrinolaringólogo. Por ahí empezó mi mosqueo, porque lo que oí fue que debía ir a un ornitorrinco. ¡Pero qué tiene que ver ese animal surrealista australiano con la enfermedad de mi oído!, me exclamé yo, y pensé que mi aconsejador me proponía la definición de un crucigrama. El médico, que ya necesitaba mucha placa para que le cupiera todo eso de otorrino etc., me exploró con estupor. No decía nada. ¡Malo! Como cuenta Iriarte en una de sus fábulas: «Si el sabio no aprueba, ¡malo! Si el necio aplaude, ¡peor!». Mi otorrino etc., absorto, musitaba: «Es la primera vez que me encuentro un oído con este trauma». Yo oí: «Es la primavera que me cuento un odio con tal trama». El otorrino etc. me explicó mi padecimiento (yo escuché «pandemiento»): A mis orejas, a base de escuchar mentiras y absurdos de cretinos, se les han liado el caracol y la babosa, la hoz y el martillo, el yunque y el mazo, el estribo y el caballo y la madre que los parió, y me vacila en la membrana bacilar, y por esto pervierto las palabras que escucho. Así, ahora, en vez de «investidura», oigo «embestidura»; en vez de «muro» democrático, de Adriano, de Berlín, de las ‘Lamentaciones’, de la Gran Muralla china o de la madre que lo vuelve a parir, oigo «mulo» o «mudo» o «muto»; si me dicen «aplausos», oigo «a plazos»; si «parlamento», escucho «parlamiento»; si «sunami democrático», «salami del barato»; por «voto» escucho «veto»; por «debate», «de bote»; por «nacionalista», «nacionalisto»; por «senado», «sedado»; por «presidente», «presimiente»; «por el bien de España», «por el bien me engaña»; por «diputada», «disputada»; por «la bancada», «la vacada»; por «independentista», «independientista»; por «palacio de las Cortes», «palacio de los cortes»; por «Felipe», «flipe»; por «toma de posesión», «toma la posición»; por «ministra», «menestra»... Y así sigo y sigo en esta orgía de significados y significantes, significantas, singnificantos, signifitantos, signifitontos.
** Escritor
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