Opinión | FORO ROMANO

Bajo el sol de nuestra tierra

Estábamos, como hacen los estudiantes cuando no están en clase, hablando de libros, de estudios o quizá de política, que ya había muerto Franco y España empezaba a hablar de todo después de tantos años callada desde aquel abril de 1939. Sería por 1977, que el 15 de junio de aquel año se celebraron las primeras elecciones libres en España desde los tiempos de la Segunda República.

Estábamos en las puertas la Facultad de Ciencias de la Información, aquel edificio de arquitectura «brutalista», en la Ciudad Universitaria de Madrid, tiempo después de aquella mañana de diciembre de 1974 en que llegué de Buitrago del Lozoya a arreglar papeles a la Facultad de Periodismo y los caballos de los grises casi nos borran del mapa por aquel desnivel que había entre la avenida Complutense y el arroyo Cantarranas. Alguien de mis compañeros de Periodismo me preguntó directamente que a quién iba a votar. No era costumbre por aquel tiempo hacerlo en España. Y no supe qué contestarle. Quien me hizo la pregunta respondió por mí: «Los andaluces tenéis que votar a políticos de vuestra tierra». Nunca olvidé aquella idea.

Ese mismo año de 1977, el 4 de diciembre, las calles andaluzas se llenaron de gritos y banderas pidiendo la autonomía para Andalucía (en Córdoba la pancarta de la manifestación del despertar del sentimiento autonómico la portaban, entre otros, Manuel de la Rubia, José Aumente, Alfonso Genovés, Vidal Pamos, Cecilio Valverde, Delgado de Jesús, Carmelo Casaño, Rodríguez Alcaide y Rafael Vallejo). En Madrid los andaluces reivindicaron lo mismo en la Plaza de Santa Ana. Luego, la madrugada del 29 de enero de 1978, Manuel López Toledano, un hospiciano nacido en Villaralto y recriado en la casa-cuna de la Diputación, le prendió fuego a la iglesia de la Merced, el 6 de diciembre de ese año se aprobaba la Constitución y también en Villaralto, en mayo de 1979, salió a la calle la revista El Jardal contando en su primer número las primeras elecciones democráticas en los ayuntamientos tras la Dictadura celebradas el 3 de abril. En febrero de 1980 El Jardal editó un extra autonomía que se distribuyó el mismo día del referéndum, el 28 de febrero, con lo que de pulso a la norma podía suponer. En ese momento se me había acabado el contrato en su delegación de Córdoba con el periódico El Correo de Andalucía y disponía de más tiempo. Una habitación de mi casa de Villaralto, que había sido cuarto de huéspedes en su día, y en esos momentos se prestaba a todas las utilidades, sobre todo a las que tendían a alargar la noche, sirvió de Redacción de este número, un lugar tan libre en aquellos momentos de periodismo utópico que cada uno de los que tenía alguna responsabilidad en la edición entraba y salía de la habitación para hacer su trabajo cuando lo creía conveniente.

En la portada –donde una mujer desnuda, pintada por Charo Fernández Torrico, se levantaba del mapa de Andalucía— mandaba el título Despiértate y... anda, Lucía y en la contraportada, también con el rostro de una mujer morena, se podía leer: «Viva Andalucía viva». Y se anunciaban entrevistas exclusivas con Julio Anguita (PCE), José Aumente (PSA) y Joaquín Martínez Bjorkman (PSOE); hacíamos además una semblanza de Rafael Alberti, poeta en la calle. En el libro 1973-1983. Crónica de un sueño. Memoria de la transición democrática en Córdoba, de C&T editores, Málaga 2004, página 202 (en la edición del 2005 en la página 100), hay un capítulo titulado El entusiasmo –que firmo yo-- donde se refleja lo que estoy contando. Dice así: «Ese mismo día, la víspera del referéndum por la autonomía, a 83 kilómetros de la capital, un grupo de jóvenes de Villaralto, entusiastas por el porvenir que se avecina para esta tierra, se preparan para repartir un número extraordinario de una revista tirada a multicopista –aún no existen apoyos institucionales para este tipo de iniciativas--, llamada El Jardal –con el tiempo, el título de una columna de la última página del Diario CÓRDOBA, que duraría más de diez temporadas en los años noventa—, en la que hacen una invitación a que Andalucía se levante y ande, con un claro posicionamiento a favor del referéndum andaluz por la vía del artículo 151...» Ahora, ya sin ser estudiantes en el Madrid de la Facultad de Periodismo, celebramos estos días contentos de haber nacido en Andalucía, como el Guadalquivir y la Mezquita, bajo el sol de nuestra tierra.

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