Opinión | Cielo abierto

Frío

«La gravedad de los actos no depende de la naturaleza de los actos en sí, sino de su destinataria. Hace mucho frío fuera de la verdadera educación»

Casi nos deja helados que se frene el núcleo de la Tierra, mientras lo que se hielan son las manos cuando sales de casa. Vivimos en el frío cotidiano de cualquier titular con algarada. Podemos machacar, asediar, insultar, amenazar y escupir a una mujer, siempre que no sea de nuestra cuerda ideológica. Eso se celebra, porque tenemos razón. Y hombres y mujeres, convencidos de su justificación, apoyan no a la mujer que ha sido machacada, asediada o insultada, sino a sus agresores, como se ha visto ahora con Isabel Díaz Ayuso y, antes, con Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona. Es que van provocando. Eso sí: si alguien hace lo mismo con una de las nuestras, es un ataque del heteropatriarcado machirulo o una apología del maltrato. Y si denuncias esto, como si pides presunción de inocencia de los acusados de cualquier delito, no estás defendiendo un derecho constitucional, sino blanqueando la violencia de género. Pero volvamos al caso de esta mujer insultada o zarandeada por una muchedumbre: estos ataques se valorarán en función de si estamos, o no, de acuerdo con sus agresores. Es decir: la gravedad de los actos no depende de la naturaleza de los actos en sí, sino de su destinataria. El descojone viene cuando, encima, los que atacan gritan «¡Fuera fascistas de la universidad!», cuando los fascistas son quienes acosan y amenazan con la cobardía del linchamiento. El jarabe democrático no se aplica a todos por igual, ni la cacareada sororidad, ni tampoco una mínima empatía. Luego ves a una chica muy emocionada, pero que no logra encadenar dos frases sin tres ¿vale? consecutivos, que apenas puede articular su tesis y acaba en la estridencia de un gallo consonante, y es la gran defensora de la educación pública. El daño es grave cuando la mejor estudiante de su promoción no sabe hilar sujeto y predicado: el actor Antonio de la Torre también fue crítico, pero supo levantar un discurso argumentado. Hace mucho frío fuera de la verdadera educación.

*Escritor

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