Diario Córdoba

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Antonio Rafael López

TRIBUNA ABIERTA

Antonio Rafael López

Tu voto es el pilar maestro

El profesorado de la escuela pública decide qué proyectos y personas marcarán la acción sindical

Mañana, 1 de diciembre, las y los docentes de Córdoba celebramos nuestra particular «fiesta de la democracia»: las elecciones que, cada 4 años, renuevan la interlocución en las organizaciones sindicales llamadas a ser la voz del profesorado.

Nuestro mundo no es el mismo que en 2018. Tampoco lo es la escuela, reflejo de cuanto ocurre y arma pacífica para volverlo aprendizaje. Hemos resistido los embates de «la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial» con unidad en un propósito: dar nuestra mejor versión para servir a la sociedad. Desde el aula más humilde hasta la dirección más mayúscula, nuestro colectivo ha actuado ejemplarmente, como un todo. Por eso, en esta jornada de reflexión me gustaría pensar que, tras lo vivido, hemos tomado conciencia del poder que la unidad y la movilización puede brindar a nuestro gremio.

Porque son muchos los retos que compartimos. El más acuciante es una caída de la natalidad que atenaza los centros públicos de manera injusta y miope. Pues una escuela que ha sido capaz de agigantarse ante la adversidad debe seguir creciendo para encarar el futuro, para llegar a nuevos ámbitos y responder, desde lo público, a necesidades presentes como la revitalización de la España rural, la oferta insuficiente en FP o los recursos deficientes con que atendemos la diversidad.

Son muchas más las luchas que nos aúnan: bajar las ratios, aumentar las plantillas, eliminar la burocracia estéril, cuidar y climatizar nuestros centros, gozar de una carrera profesional... Les invito a que conozcan estas y otras reivindicaciones que sustancian las candidaturas presentadas y a evaluar la rendición de cuentas para el periodo que acaba. Encontrarán logros y objetivos compartidos y otros que determinan los méritos y carácter de cada propuesta en liza.

Comenzaba estas líneas evocando la «fiesta de la democracia», tomando prestado el epíteto que suele aplicarse a otros comicios. Como ocurre en ellos, mañana todo el profesorado de la escuela pública está invitado a decidir qué proyectos y qué personas marcarán la acción sindical venidera: no importa si estamos o no afiliados, si ocupamos plaza o sustituimos a alguien, si acabamos de llegar o estamos a punto de jubilarnos. Todas y todos podemos participar en esta fiesta. Porque si no elegimos qué música poner, alguien lo hará en nuestro lugar y entonces, nos guste o no, solo podremos bailarla o quedarnos sentados lamentándonos.

Pero si me sirvo de la misma denominación que acompaña al resto de elecciones, es porque el sindicalismo mana de la misma legitimidad que inviste a todo responsable público. La labor sindical no es plato de agrado en la mesa de los poderosos, pero convendría que, al menos, los gestores políticos tuvieran presente que nuestro mandato constitucional es ese: ser contrapeso que impida menoscabo en los trabajadores o en su servicio, ser dinamo de nuevas conquistas sociales y democráticas; y que, desde el mandato que a su vez han recibido, honraran el trabajo de juntas de personal como la docente, cumpliendo con todas las atribuciones que por ley les corresponden. Porque no puede existir estado de derecho sin contrapesos como el sindical. Y es precisamente por eso por lo que necesitamos de sindicatos comprometidos tan solo con sus representados, sin ataduras partidistas, económicas o de otra índole; sindicatos, en definitiva, independientes de todo poder y fuertes en sí mismos.

Para el colectivo al que me debo, estas elecciones son una ocasión para mostrar su fuerza. Si cada docente fortalece el pilar maestro de la educación, su voto sustancia cada demanda. Su voto debe ser el primer paso en el camino a la movilización: un voto que exija, que fiscalice, pero que multiplique la fuerza de sus representantes, como la punta de lanza que hiende desde el brazo que la arroja.

Vivamos, pues, también esta fecha como una oportunidad para educar -y educarnos- en el necesario compromiso con luchas y proyectos colectivos, como un llamamiento a no dar un paso atrás en todo lo alcanzado y a seguir conquistando nuevas cimas en la consecución de derechos laborales y en la calidad de nuestro trabajo. Porque defenderlo es defender lo público y porque defender lo que es de todos es una de la más nobles tareas a las que podemos consagrarnos.

* Presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario de Córdoba

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