Diario Córdoba

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Antonio Gil

PARA TI, PARA MÍ

Antonio Gil

Córdoba, en vanguardia de las Misiones

Actualmente cuenta con 197 misioneros, muchísimas más mujeres que hombres, con presencia en los cinco continentes

Hoy, domingo, se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, más conocida popularmente como el Domund, con el lema «Para que sean mis testigos», que el papa Francisco desarrolla espléndidamente en su Mensaje, pidiendo que «toda la Iglesia sea testigo del Señor Jesús». Córdoba sigue en vanguardia como diócesis misionera: Actualmente cuenta con 197 misioneros, muchísimas más mujeres que hombres, con presencia en los cinco continentes, según los datos que nos ofrece el delegado diocesano de Misiones, Antonio Evans. Asimismo, Córdoba mantiene una parroquia, que lleva ya doce años, en territorio misionero: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Picota, prelatura de Moyabamba (Perú), con dos sacerdotes y tres comunidades de religiosas que atienden a más de 114 núcleos de población, con varios comedores de caridad, una Casa Hogar para niñas y pequeños dispensarios. Córdoba ocupa durante ya muchos años el puesto sexto de España en cuanto a colaboración económica, sin experimentar bajada, ni por la pandemia, ni por las adversidades vividas en estos años. Córdoba lleva a cabo un contacto fluido con todos sus misioneros y sus familiares, cuidando de atenderles en todas sus necesidades. Y como último dato, Córdoba es la única diócesis de España que cuenta con una red capilar de delegados parroquiales de misiones, manteniendo una animación misionera durante todo el año. Hace ya muchos años, Bernanos formuló a los cristianos esta pregunta: «Y vosotros los que veis, ¿qué habéis hecho de la luz?». El escritor católico parecía denunciar la apatía de los creyentes a la hora de «convertir su fe en testimonio clarividente y eficaz», en la construcción de un mundo nuevo, por más humano y por más cristiano. Bernanos sabía muy bien por su cultura religiosa, que Jesús envía a sus discípulos no sólo para realizar la misión sino, sobre todo, para vivir la misión que les confía. Así lo proclama el propio Jesús resucitado en el último diálogo que tuvo con sus discípulos antes de ascender al cielo, como se describe en los Hechos de los Apóstoles: «El Espíritu Santo vendrá sobre ustedes y recibirán su fuerza, para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra». Las palabras mantienen su luminosidad y resuenan en el transcurso de los siglos: «Como Cristo es el primer enviado, es decir misionero del Padre y, en cuanto tal, su testigo fiel, del mismo modo cada cristiano está llamado a ser misionero y testigo de Cristo. Dondequiera que vayan, allí donde estén. Y la Iglesia, comunidad de los discípulos de Cristo, no tiene otra misión sino la de evangelizar el mundo dando testimonio de Cristo».

Junto a la celebración del Domund, mañana, 24 de octubre, Córdoba celebra la fiesta de su Custodio, el Arcángel san Rafael. Su nombre quiere decir Medicina de Dios. En el Antiguo Testamento, tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo a san Rafael y el arcángel se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. San Rafael sigue siendo nuestro Custodio, en esta hora de encrucijadas y enfrentamientos, de políticas intransigentes y de falsedades encubiertas. La quiebra moral y humana que padece nuestra sociedad es grave: más que algunos males concretos, el peor de todos ellos es no saber ya qué es moralmente bueno y qué es moralmente malo. Se confunde a cada paso una cosa con otra, porque se ha perdido el sentido de la bondad o maldad moral; todo es indiferente y vale lo mismo; todo es relativo y casi todo vale; todo está permitido, todo es lo que cada uno decide por sí y ante sí como válido. Mañana, la iglesia del Juramento abre sus puertas de par en par, a la devoción de los cordobeses a su Custodio, con el pórtico de la celebración de la Eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis, monseñor Demetrio Fernández. Y a lo largo de la jornada, el descanso, las felicitaciones y las tradiciones. San Rafael, Medicina de Dios, protégenos siempre, custodiando valores, afanes, ilusiones y esperanzas.

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