Diario Córdoba

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Dolores de Toro García

EL ALEGATO

Lola de Toro

Anticrisis, ¿de quién?

Otra vez el pasado domingo nos vimos sobresaltados con la publicación sorpresiva del Real Decreto 11/2022 de 25 de junio, llamado coloquialmente por sus artífices «decreto anticrisis».

Lo que no he llegado a entender muy bien es de quién es la crisis que viene a paliar, si la de los efectos en nuestro país por la guerra de Ucrania; la de personas en vulnerabilidad social y la de los afectados en la isla de la Palma -como la propia norma se intitula-, o si es la crisis de nuestro presidente tras las elecciones andaluzas.

No es un ataque gratuito, simplemente es que, si de un real decreto que ocupa 65 páginas en el BOE, más de 23 son exposición de motivos, indefectiblemente lo primero que se me ocurre pensar es «excusatio non petita...», o lo que es igual, demasiadas explicaciones a situaciones sobradamente conocidas.

Los reales decretos se dictan en caso de extrema y urgente necesidad. ¿Por qué este real decreto entonces aplaza la entrada en vigor de muchas de sus medidas si son tan urgentes?

El Sr. Sánchez ha prescindido ya 92 veces del debate parlamentario desde su investidura. Esa incontinencia legislativa del Ejecutivo sometiendo a un constante letargo al Parlamento es digna de «hacérselo mirar».

Los reales decretos son la antítesis de la transparencia exigible a un Estado democrático, y es por ello por lo que el propio artículo 86,1 de nuestra Constitución veta determinados ámbitos a este recurso legislativo.

Me permito recordar a nuestro presidente que el abuso de cualquier modo excepcional de legislar es definitorio de regímenes dictatoriales. Que la dictadura franquista utilizó bastante este modo de regulación normativa a través de las «leyes de prerrogativas» y que Hitler legisló por «medidas de excepción» durante todo su mandato, generando un estado de excepción permanente.

Un artículo del profesor Jiménez Asensio analizaba el abuso del decreto ley y concluía que, cuando las instituciones constitucionales como el Parlamento dormitan o son usadas de modo torticero, impidiendo el control efectivo del poder en evitación de la tiranía, se puede otear el horizonte de un desplome del sistema democrático.

¡Evite usted ese desplome, señor Sánchez. Deje alguna desgracia para el que venga!. No le vaya a dar la razón a Rafael Hernando cuando estrechó usted la mano a De Gea antes del mundial.

* Abogada laboralista

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