Diario Córdoba

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FORO ROMANO

Manuel Fernández

La belleza (y los números) del capitalismo

Primero fue la despedida de la peseta y la bienvenida del euro; luego el 2008, con la crisis económica mundial

Barrio de Las Moreras en Córdoba. ARCHIVO / CÓRDOBA

La terraza de la cafetería de la calle Sevilla, en Madrid, enfrente del hotel Four Seasons, se ha convertido esta noche de sábado en una metáfora tan llena de historia, sensaciones y belleza que hasta el capitalismo puede salir ileso y triunfante, como lo hizo la derecha el domingo pasado en Andalucía.. Porque al final son los números los que, parece ser, nos dictan la existencia. El güisqui tiene el precio de una terraza del Madrid de Isabel Díaz Ayuso y del alcalde Martínez-Almeida, abarrotado y lleno de bares, restaurantes y cafeterías hasta las doce de la noche: el testamento de la España post-covid, que antes se tomaba una copa con aperitivo y ahora desayuna, almuerza y cena previa reserva. Con los números por delante. En un hotel de esta calle, una pequeña vía del distrito Centro de Madrid, cerca de la Puerta del Sol y de la carrera de San Jerónimo, donde están las Cortes, nos hospedamos mi compañero el fotógrafo Francisco González y yo en aquella época en que Julio Anguita fue elegido secretario general del PCE. Para contarlo en el periódico.

Los números de hospedaje de aquel tiempo, todavía en pesetas --cuando una caña costaba como mucho 75--, se alejan como un desierto de arena del coste del hotel de enfrente, el Four Seasons, que más que cuatro estaciones parece querer llamarse la conquista de Europa, por exhibir precios sólo asequibles a unos pocos, al capitalismo y a quienes ven la solución de sus problemas en la derecha. La mayoría de los pueblos de Andalucía. Entramos en el Four Seasons, hablamos con un empleado suizo que nos invita a que conozcamos este espacio concebido en los cielos desde los que se despeñaron muchos bancos españoles. Es puro arte con elementos de museo etnológico y piezas sólo asequibles a ciertas cuentas corrientes. Otro mundo en el centro de Madrid. Una noche normalita cuesta 1.265 euros mientras que si eliges una suite de un dormitorio el capricho te puede salir por 6.188, 6.495, 6.946 u 8.685 euros, y eso que el hotel usa “los medios más sostenibles y respetuosos”.

En España parece que no nos hemos dado cuenta de que los números nos han cambiado el pensamiento. Primero fue la despedida de la peseta y la bienvenida al euro –cuando nos subieron las cañas-, y luego el año 2008, cuando la crisis económica mundial, la gran recesión, nos quitó a los profesionales de la prensa en Córdoba la Noche de los Periodistas, que celebrábamos a finales de junio y que suspendimos al no poder costearla. A raíz de ese tiempo un amigo del periódico me dijo que dejaba la prensa y que se iba con su novia a hacer bodas, bautizos y comuniones porque sólo le pagaban 600 euros mensuales.

Miré para atrás y comprobé que en el siglo anterior, en 1982, casi cuarenta años antes, a mí me pagaban la misma cantidad, aunque en pesetas. Otro tiempo. Otros números. Otro pensamiento. Otro concepto de la vida. El que nos ha hecho desembocar, suponemos que para bien, en que el partido de la derecha, el PP, haya brincado de alegría en toda Andalucía después de las elecciones del domingo pasado. Aunque la verdad es que no entiendo excesivamente a los partidos en las noches del recuento de votos. Es evidente que todos quieran ganar. Pero ganar unas elecciones no es colocar al hermano ni favorecer al amigo para escalar puestos. Ganar unas elecciones es una cosa tan seria, y dura, como hacerse predicador creyente o meterse a miembro de una oenege para salvar al mundo, a tu comunidad. El resto es pura mentira.

Ganar unas elecciones es hacer coincidir tus ideas con los proyectos que vas a ejecutar en bien de tu comunidad no en beneficio propio. Y eso es duro. Hasta te pueden matar si eres excesivamente sincero. Como le ocurrió al Jesucristo humano. Pero estamos en una terraza de la calle Sevilla de Madrid, donde además de la belleza y el güisqui se juntan todos esos mundos que nacen de los números: los inmigrantes de África y Sudamérica, las tiendas de chinos y paquistaníes y los clientes del hotel Four Seasons. Cada uno con unos números en sus bolsillos. Como los habitantes de Vallecas y los ciudadanos del Guadalquivir, Sector Sur, Moreras, El Higuerón y Azahara-Las Palmeras, barrio que tiene una renta media anual por habitante de 7.361 euros. Más o menos lo que cuesta dormir una noche en una suite en ese hotel de ahí enfrente, donde se asienta la belleza del capitalismo. Cuyos números nos dictan la existencia.

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