Diario Córdoba

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Antonio Rodríguez Jiménez

TRIBUNA ABIERTA

Antonio Rodríguez Jiménez

La esperanza pedigüeña de Ucrania frente a una falsa Europa

El mundo asiste indiferente a que Rusia destruya un país completamente

Pusilánime Macron que teme humillar a Putin. Todo es mentira. Miedoso Biden que no quiere que esas futuras armas que deben llegar a Ucrania sean de tan largo alcance que dañen a los pueblos fronterizos de Rusia. La crueldad de los políticos «democráticos» no tiene límites. El mundo asiste indiferente a que Rusia destruya un país completamente: mate a niños, viole, ejecute a ciudadanos desarmados, asesine a sangre fría, destruya el 95% de los edificios porque quiere robar un país. Muchos de esos edificios son museos, salas de conciertos, teatros, iglesias del siglo XVII... Y Europa, que decía estar unida y jamás lo estuvo porque durante siglos se enganchó entre sí en guerras, ahora dice estar más hermanada que nunca. Reino Unido lo vio y se marchó. Pero algunos europeos se venden por un plato de gas o de petróleo.

Rusia amenaza con una escalada nuclear, que es nefasto para todos nosotros, pero esa amenaza asesina es un chantaje falso para mientras despiadadamente robar la integridad, la vida, la dignidad y saquear todo lo que encuentra a su paso: el metal, el trigo, el maíz, la soja... Y mientras, los soldados ucranianos esperan las armas, los rusos aguardan en su destino para destruirlas. Es como si a EEUU no le interesara que Ucrania ganara la guerra para recomponer el mundo y que todo vuelva a estar igual que antes. ¿Qué diferencia hay con las batallas salvajes de nuestros antepasados? A Rusia se le permite que destruya 44 millones de vidas, pero «no humillen a Putin».

Erdogan, miembro de la OTAN, pero amigo de Putin, veta la entrada de los países del norte: Suecia y Finlandia con la excusa de que allí hay terroristas, enemigos de Turquía. Nunca oí una excusa más torpe. Putin saca pecho y necesita victorias a cambio de las vidas de sus hermanos. ¡Qué no será capaz de hacer ese Hitler trasnochado cuando engaña a su pueblo ofreciéndole una visión falsa donde llama al asesinato «misión especial»! Y si mata a sus hermanos ucranianos, idénticos de raza y casi de lengua, qué no será capaz de hacer.

Europa manda sus viejos blindados, sus drones y todo el material de la vieja Unión Soviética que guardan en bodegas oxidadas, que «saben manejar los ucranianos». «Pobrecitos, a estas alturas de la guerra son incapaces de utilizar armas de alta tecnología». Después de esta crisis interesada y falsa veremos caer a Europa, débil, floja, temerosa, dividida, asustada por la falta de petróleo, chantajista, traidora.

Hablan de Tercera Guerra Mundial. Cuando la guerra de Afganistán, en la que tomaron bandos EEUU y Rusia, que yo sepa no hubo guerra mundial. Pero ahora da la sensación de que es diferente porque tienen mala conciencia, porque se ha acercado demasiado la OTAN a Rusia y eso disminuye una ayuda íntegra a Ucrania, que la hubiera resuelto EEUU en 15 días y se habrían ahorrado muchas vidas. Pero aquí manda el negocio del armamento. ¿Acaso no hay oligarcas europeos y estadounidenses? Pues claro que los hay. Mientras tanto Ucrania pide, como harapiento mendigo que mantiene la esperanza, pero al final la cobardía de los europeos convertirá Ucrania en una provincia de Rusia, transformada en desolador desierto vacío de esclavos zombis.

* Escritor y periodista

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