Diario Córdoba

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Marisa Vadillo

La cafetera de Aspasia

Marisa Vadillo

Verde que te quiero verde

Hace años, una persona me recriminó cuando comenté que, para mí, la ecología debía ser una línea transversal de la política, que no la entendía como algo ni ‘de izquierdas’ ni ‘de derechas’ (planteamientos que, ya de entrada, me suenan como algo bastante añejo), que la entendía como la base de cualquier modelo social o político de crecimiento, independientemente de otras cuestiones que se abordan desde las diferentes posiciones políticas.

De esto no hace muchos años, pero, los pocos que han pasado me han reforzado en mi punto de vista: la opción ecológica ya no es una opción, sino que es la prioridad, votes a quien votes. Sigo sin entender cómo no se apuesta desde todos los partidos políticos por establecer más apoyo a energías limpias y renovables, por investigar medios que mejoren nuestras condiciones de vida en las ciudades o materiales más sostenibles, por fomentar todo lo posible una economía circular de cercanía, por proyectar lo que van a ser cientos de trabajos vinculados a la economía verde del futuro.

Europa lo tiene clarísimo, a través de su New Green Deal, saben que hay que empezar a transformar -de verdad- el medio ambiente, que la amenaza a nuestra subsistencia futura es real, por lo que tienen claras las líneas para desarrollar una transición ecológica. La urgencia es evidente, ¿se imaginan lo bien que vamos a vivir en un par de décadas en Córdoba si se sigue calentando el planeta? ¿Cómo vamos a sobrevivir aquí? ¿Con sistemas caros, contaminantes, que calientan aún más las ciudades? ¿Porqué no se está pensando ya en cómo enfriarlas? ¿Qué tanto por ciento de ‘verde’ hay en una ciudad y cuánto de cemento y/o asfalto? ¿Qué legado dejaremos a nuestros hijos, una ciudad de cemento hirviendo?

No se trata de ser de izquierdas, de derechas, de centro o de bocabajo, se trata de que no habrá banderas, programas educativos ni planteamientos religiosos, que puedan protegernos del desastre medioambiental que tenemos. Que, como nación, como autonomía, perder este tren es volver a perder por enésima vez una oportunidad al margen del turismo.

¿Cómo es posible que un país como España, con la tasa que tenemos de paro, no vea que el futuro económico es verde? Verde, desde el ‘verde viento’ a las ‘verdes ramas’... Pero verde.

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