Diario Córdoba

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manolo fernández

FORO ROMANO

Manuel Fernández

¿Quiénes van a la Caseta Municipal?

Una Feria muy especial en la que hemos deseado que los políticos se dediquen a velar por el interés general de los ciudadanos y se mantengan dentro de una ética de servicio al pueblo

Recepción en la caseta de la Federación de Peñas Cordobesas. FRANCISCO GONZÁLEZ

Me pregunto comiendo tortilla en la Caseta Municipal ¿quiénes acuden a estas casetas que la democracia abrió de par en par, cerradas como estaban antes para los de siempre? Cuando Julio Anguita permitió en el año 1979 que todos los ciudadanos se sentaran en un velador en los Jardines de la Victoria y sintieran un poco lo que suponía pisar césped particular, esa céntrica zona de la ciudad, rondando la sede de la Caseta del Círculo, el ahora Mercado Victoria, casi explotó socialmente porque Córdoba todavía no estaba preparada para sentar en la misma mesa a dueños y trabajadores. El caso es que el pueblo pudo entrar en la Caseta Municipal, comer pollos asados, oír conciertos de La Banda Sureña y tomar el mismo cubata que un concejal. Fue la escenificación de una conquista de derechos a la que accedían todos los ciudadanos.

Quedar en la Caseta Municipal era como entrar en un Ayuntamiento festivo que tenía sus oficinas al aire libre, un espacio lleno de la filosofía de la igualdad, una opción que empezamos a conocer aquel año de 1979 tras las elecciones municipales. En aquellos tiempos se podía averiguar más o menos quiénes iban en Feria a la Caseta Municipal. Pero pasaron los años, cruzamos el río por el Puente del Arenal y entramos en el recinto ferial donde las aguas del Guadalquivir refrescan las noches. Y la Feria, cuyos orígenes se remontan a la Baja Edad Media, comienza a sonar con sus músicas y sus cacharros, a mover sus sonidos cubiertos de cielos a veces fantasmales y las cocinas asan comidas y los camareros preparan bebidas para que el negocio y la fiesta no se detengan. Vale. Y nos vamos a la Caseta Municipal, donde hay a veces buenos conciertos, e incluso pantallas gigantes para la Champions League, pero donde ya no hay pollos asados. Y sobre todo, ahora que el alcalde es del PP, por la Caseta Municipal no se ve a esos jóvenes de chaqueta azul, camisa y pantalón blancos, que son el buque insignia y la apariencia de esa ideología nada de izquierdas.

¿Se van perdiendo los símbolos o la Feria, después de aquella conquista de la democracia de 1979, ha perdido todo el caché ideológico? Estoy comiendo lomo con ajos, tortilla y aceitunas y bebiendo cerveza. Miro por toda la Caseta Municipal y en el espacio de sonidos mezclados y sabores no excesivamente caros no aparecen caras conocidas sino más bien jóvenes con tendencia a la obesidad que silencian su estómago con bocatas. Esta, que ha sido una Feria de políticos por las próximas elecciones autonómicas, debería haberlos llevado a la Caseta Municipal donde la Feria de Córdoba se construyó su corazón cuando el pueblo conquistó aquel espacio junto a la caseta del Círculo de la Amistad, donde oíamos conciertos y comíamos pollos asados. Isabel Albás, Juan Marín, Juan Espadas, Juanma Moreno, José Antonio Nieto, Inmaculada Nieto, Manuel Torralbo, Antonio Ruiz, José María Bellido son nombres de políticos que están en el Ayuntamiento, en la Universidad, en la Diputación o en la Junta de Andalucía y que se han dejado ver durante toda la Feria, porque están en campaña electoral pero que, casi estoy seguro, no se han tomado una cerveza en la Caseta Municipal, donde algunos jóvenes muestran síntomas de abandono. Una Feria ésta muy especial en la que hemos deseado que los políticos se dediquen a velar por el interés general de los ciudadanos y se mantengan dentro de una ética de servicio al pueblo y no hacia sí mismos. Y que nunca se dejen llevar por la corrupción, la demagogia, el sectarismo y la incompetencia. Un tiempo de Feria en el que el futbolista de La Rambla Perico Campos se ha mostrado felicísimo por la boda de su hija, pero cuyo final se ha cerrado con la muerte del periodista montillano Antonio López Hidalgo, un hombre que hizo del periodismo y la literatura su vida y que iba a ser el nuevo decano de la Facultad de Comunicación de Sevilla.

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