El concurso y festival de los Patios de Córdoba, que ha llegado este año a su edición 101, ha adquirido tal relevancia, peso y diversificación que no solo está siendo emulado en la provincia -y en otros puntos de Andalucía y España- , sino que, desde la hondura que le da su autenticidad y arraigo social, ha desplegado nuevos horizontes que lo afianzan, lo empujan hacia la modernidad y configuran un universo propio. El gran impulso se lo dio la declaración de la Unesco que convierte estas dos semanas dedicadas a las flores en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Pronto se cumplirán los diez años de ese título, que puso a Córdoba bajo los focos -y bajo las cámaras... ¿Cuántas imágenes se habrán tomado de estos recintos?- y atrajo a un turismo maravillado de poder acceder gratuitamente a la intimidad de hogares que durante unos días compartían la secreta maravilla que encerraban. El interés multiplicó las acciones: el apoyo del Ayuntamiento y otras instituciones y entidades, la mejora de las casas-patio institucionales, la apertura de recintos monumentales (Viana, Arqueológico, este año el patio de los Romero de Torres...), el uso de las nuevas tecnologías, la sensibilidad hacia colectivos (este año hay 24 accesibles para personas con movilidad reducida), las actividades complementarias (exposiciones, conferencias, concursos fotográficos como el de CÓRDOBA)... Sería largo enumerar todas las acciones que rodean el universo de los Patios. Al tiempo, se han desarrollado nuevos modelos de negocio en torno a las visitas y el alojamiento, aunque quedan lagunas normativas que regulen algunas de las nuevas actividades. Insistimos, como en otras ocasiones, en la necesidad de cuidar nuestra fiesta, de impedir que «muera de éxito», de buscar fórmulas que eviten la masificación, procuren el relevo generacional de los cuidadores y preserven esta tradición única. En el eje del certamen, y con un clima que acompaña, solo cabe esperar que Córdoba obtenga una buena rentabilidad de su principal oferta turística y al tiempo sea capaz de conservar su calidad.
