El cine y la infancia siempre han sido la fórmula perfecta de la magia. Esa gran pantalla como si de un cielo se tratara por donde las imágenes cobran vida y los sonidos son rotundos y ciclópeos conquistan hasta el último recoveco de la conciencia nueva de un niño. Nos obstante, en estos tiempos donde con las nuevas tecnologías en cualquier sitio y momento se pueden visualizar todo tipo de imágenes y películas, el cine parece haber pasado a ser una especie de reminiscencia del pasado; aunque siempre se mantendrá porque tiene ese carácter atávico de cuando los primeros seres humanos miraban el cielo nocturno y veían como la luna suspendida desataba la fantasía y la magia. O como en esas noches cerradas alrededor de una hoguera se buscaba en las palinodias de las llamas la puerta a otros mundos. Pues bien, la iniciativa de la Fundación Juegoterapia ha recabado fondos para que los niños con cáncer u otras patologías del hospital Reina Sofía tengan una sala de cine durante su estancia en aquel centro. En los hospitales hay muchas puertas que un niño o niña ingresado puede atravesar, pero todas ellas tienen esa impersonalidad de la asepsia e instrumentalización hospitalaria. Aunque ahora habrá otra puerta en ese mismo lugar donde un niño puede volver al atravesarla a soñar como eso, un niño, acompañado con otros niños que es la mejor forma de compartir un sueño. Como se trata de un hospital no se podría quedar atrás el concepto de terapia. Un cine para los niños y niñas en un hospital forma parte de la terapia. No solo el cine nos distrae, sino que nos humaniza, y nos reconcilia con todo aquello que nos diferencia de los animales. Y en un hospital más que en ningún sitio la salud integra al cuerpo y al alma. Han sido varias las sensibilidades que ha promovido este proyecto, a todas ellas: ¡Enhorabuena!

** Mediador y coach