Cuando llega el verano, en Japón es muy típico contar historias de miedo, dicen que porque con los escalofríos se te pasa el calor. Por eso es habitual que las películas de miedo se estrenen en esta época del año, y que haya especiales en las revistas de manga, por ejemplo, dedicados a este género.

En casa no tenemos aire acondicionado y por eso seguimos las costumbres japonesas al pie de la letra: preparamos unos Kit Kats de matcha (los venden en los supermercados orientales junto a Arc de Triomf), mochis de cacahuete, té bien frío y ala, a leer.

Historias de fantasmas de Japón y su segundo volumen, Espíritus y criaturas de Japón, son unos libros ilustrados y editados de forma exquisita (¡tienen tela en la portada y páginas translúcidas!) con historias de fantasmas y otras criaturas típicas de este país recopiladas por Lafcadio Hearn, uno de los primeros (y seguramente el más mítico) divulgadores de la cultura japonesa en Occidente. Historias de fantasmas de Japón incluye uno de los cuentos más famosos del folclore japonés (con el permiso de Momotaro), Yuki onna, que se puede traducir como La mujer de la nieve y que tiene de todo: fantasmas, amor, traición y mucha nieve, una temática que en verano siempre viene bien, y que me sirve de excusa para recordar la grandísima Kwaidan, película de 1964 que recupera algunas de las historias recopiladas por Hearn.

La pomera i altres contes, de Daphne du Maurier, que acaba de salir en Les Altres Herbes, recoge historias que tienen más en común con Hearn de lo que podría parecer a primera vista: en vez de escalofríos por una narración sangrienta, estremece por el suspense y por una inquietud fina y elegante que se mete en casa sin que apenas te des cuenta. Y, como en el caso de Hearn, la obra de Du Maurier inspiró dos películas geniales, Los pájaros y Rebecca. Este volumen incluye el cuento en el que se basa la primera.

Y ahora, con tantos escalofríos, voy por una manta.