En el Perú han elegido como presidente a un sombrero que habla y que solo dice tópicos. Entre las imágenes lamentables de este verano se encuentra, sin duda, esta, un enorme sombrero blanco en la tribuna de oradores del Congreso peruano excretando una serie de proclamas tópicas, utópicas, reiterativas, varias de ellas, como viene siendo habitual, en contra del pasado común que comparte con España. A estas alturas, pasados los primeros sofocones de años pasados en los que en diversos países americanos derribaban o pintarrajeaban estatuas de Colón o Cervantes, entre otros, nuestra risa o nuestra ironía han ocupado el lugar de la indignación, porque, como le dijo Francisco Tadeo Calomarde a la Infanta Luisa Carlota de Borbón cuando esta le arreó dos sonoras bofetadas por el asunto de la Pragmática Sanción, «manos blancas no ofenden»; o sea, cuánto menos va a ofender a España un sombrero que habla, por muy grande y muy blanco también que sea. El sombrero blanco que habla se llama Pedro Castillo Terrones, que, como se ve, porta un nombre muy quechua. El sombrero, en su alocución neopresidencial, peroró la previsible monserga de la explotación española de aquellas tierras, el expolio del oro y todo lo demás.

Que yo sepa, o suponga, ningún tatarabuelo de quienes este artículo lean explotó ni expolió nada, y ni siquiera estuvo en América ni de visita, lo cual sí cabe decir de algún retatarabuelo de Castillo Terrones, pero es curioso que siempre estos mindundis con sombrero y banda presidencial nunca se refieran a sus abuelos conquistadores, violadores, explotadores, y sí a los nuestros. Habrá que recomendarle al sombrero parlante y a otros parecidos en México, Bolivia o Argentina, que relean la Historia, y hacerles ver que tras doscientos años de independencia habrían tenido tiempo de enmendar nuestros españolísimos crímenes y haber convertido aquellas tierras en el paraíso que, dicen, fue. Pero no, de eso no hablan. Así que pueden empezar buscando en Youtube la magnífica presentación del libro de Juan Eslava ‘La conquista de América contada para escépticos’, en diálogo con Arturo Pérez-Reverte. Iban a aprender un montón.

* @ADiazVillasenor | Escritor