No he tenido ocasión de ver Viuda Negra, que llegó a las salas ayer viernes. Pero, incluso en el caso de que no estuviera bien, el estreno de una película de Marvel dirigida por una mujer sigue siendo para mí una noticia extraordinaria. Y es extraordinaria porque, aunque estos tiempos son olvidadizos, no hace tanto que las cineastas estaban fuera del circuito de las superproducciones, especialmente de las películas de superhéroes. Hay excepciones (Kathryn Bigelow, Lana y Lilly Wachowski, Jennifer Lee, Catherine Hardwicke o Ava DuVernay), pero no neguemos la evidencia. Las directoras han operado lejos del mundo del ‘blockbuster’, y los tiempos están confirmando lo que ya sabíamos: que no era así porque ellas quisieran. Es asombroso lo rápido que nos olvidamos de las cosas. Patty Jenkins abrió fuego con Wonder Woman (2017); Anna Boden recogió el guante al asumir la dirección, a medias con Ryan Fleck, de Capitana Marvel (2019); y Cathy Yan dirigió, un año después, Aves de presa (2020).

A partir de aquí y, por fortuna, las cosas se modifican. Son los tres primeros impactos de un cambio en la industria que no conviene infravalorar. Este viernes llegó Viuda Negra, dirigida por la australiana Cate Shortland. En septiembre se estrenará Eternals, la entrada en Marvel de Chloé Zhao (Nomadland). Y entre los proyectos en marcha o anunciados están una tercera Wonder Woman, una vez más a cargo de Patty Jenkins, Capitana Marvel 2, dirigida por Nia DaCosta, y (si bien no acaba de confirmarse) una película sobre Spider-Woman, con Olivia Wilde como directora. En torno a estas películas se activan los interrogantes de siempre: ¿Puede pasar tan rápido, determinada cineasta, de dirigir una película pequeña a un ‘blockbuster’? ¿No es mejor que se quede haciendo buenas películas en los márgenes? ¿Será capaz de mantener su autoría en una propuesta así? Preguntas que, curioso, no se activan con tanta alegría cuando quien dirige es un hombre. Esas películas no van a ser automáticamente buenas o interesantes porque las dirijan mujeres. Algunas serán buenas, otras serán regulares y otras serán malas… ¡igual que cuando las firman los varones! Pero, incluso aunque sean frustrantes, ese acelerón en la entrada de directoras en el ‘blockbuster’ es importante.

*Periodista