No cabe la menor duda de que el mundo va a cambiar cuando se termine la pesadilla de la pandemia del coronavirus. Se creará un nuevo escenario social y economico y el orden de valores imperante será diferente. El cambio en los paradigmas económicos y sociales descolocará a muchos y las relaciones entre las naciones serán muy diferentes a la actuales. Se está pergeñando un nuevo orden mundial, que podrán aprovechar los que enfoquen el gran cambio como una oportunidad. Pero los peligros de este cambio son inmensos. Ahí tienen a Orban, primer ministro húngaro, que ha obtenido del parlamento poderes ilimitados: las dictaduras democráticas podrían prosperar.

A pesar de que no hay pruebas, las sospechas de que esta pandemia ha podido ser provocada por motivos inconfesables complica mucho más el día después. Hay muchas fake news al respecto, Ojalá no sean los provocadores, si los hay, los que establezcan el nuevo orden mundial. También es posible que les haya salido el tiro por la culata. Estas dudas se aclararán cuando se sepa quien saldrá más beneficiado de la crisis, sumando y restando variables.

A nivel más concreto estos cambios afectaran a las políticas internas de los países (ej. reforzar los sistemas sanitarios para prevenir antes que curar, no ningunear a la ciencia y tecnología, eliminar las mentiras, mejorar la trasparencia informativa, etc.) y también a los ciudadanos (ej. lavarse las manos con frecuencia, pelo blanco de las señoras que han visto que están elegantes ahora que no han podido ir a las peluquerías a teñirse, empleo masivo de las enseñanzas y trabajos on line, descubrimiento de cualidades de los confinados entre sí aunque sean familiares, etc.).

En la postpandemia podremos analizar con calma lo que han hecho nuestros políticos y sus socios europeos y mundiales, lo que hará que haya una decantación como cuando se hecha tierra sobre un recipiente de agua. De todas formas, el identificar los culpables de irresponsabilidades no paliará la depresión economica ni el daño hecho a los ciudadanos. Solo podrá servir, si acaso, para impedir democráticamente que intenten liderar nada en el futuro.

Lo importante es que la Humanidad aprenda del desastre pandémico que la ha afectado como si fuera una guerra mundial y se refuerce la lucha contra el cambio climático, la solidaridad entre naciones, la erradicación de la corrupción, la información veraz universalmente asequible, la necesidad de globalización de la solución de problemas, reforzar la investigación-innovación etc.

Esperamos un nuevo amanecer despues del precio tan alto que se ha pagado por esta durísima crisis humanitaria que no solo ha afectado al llamado Tercer Mundo como siempre sino a todo el planeta; una igualdad global inimaginable hace tres meses.

* Profesor jubilado de la UCO