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ELECCIONES 26-M / Dos miradas

¿Qué modelo de ciudad?

En abril de 1979 la democracia entraba en los ayuntamientos. Se han cumplido recientemente 40 años. Se daba un paso delante de enorme trascendencia en el complejo proceso de transición democrática y los nuevos ayuntamientos representaban una pieza de enorme importancia para acercar la democracia a las personas, para hacer real una democracia participativa en la que la toma de decisiones se acercaba a la gente común. Cobró fuerza el municipalismo como una fuerza que iba a transformar las ciudades.

En Córdoba ganó la izquierda. Y volvió a ganar en sucesivas consultas. Bajo gobiernos del PCE y de Izquierda Unida se fue generando un sistema de participación ciudadana pionero en España y se fueron produciendo transformaciones urbanas de importancia (Renfe, Río Guadalquivir, dotaciones, equipamientos e infraestructuras en nuestros barrios, ampliaciones urbanas...) a la vez que se impulsaron políticas culturales de primer nivel (Fundación Gran Teatro, creación de la Orquesta de Córdoba, Festival de la Guitarra...) y de desarrollo y defensa de lo público con la creación y el desarrollo de empresas y órganos de gestión municipales (Sadeco, Aucorsa, Emacsa, , Vimcorsa...) y de atención a las necesidades más urgentes a través de la red de servicios sociales comunitarios. Fueron procesos complejos, no exentos de dificultades y de altibajos, pero que poco a poco se fueron abriendo paso hasta formar parte del pulso cotidiano de la ciudad.

Hoy nos enfrentamos a otras elecciones municipales, a nuevas realidades y a nuevos retos. Como es natural, muchas cosas están en juego. La principal el modelo de ciudad y mantener y conservar los logros conseguidos, aprendiendo de los errores y huyendo de políticas excluyentes y privatizadoras. La izquierda debe defender una ciudad integrada e integradora, con más dotaciones y equipamientos, en la que lo público sea un verdadero vector de desarrollo y en la que el patrimonio y la cultura sean nuestras verdaderas señas de identidad, a la vez que un proyecto de desarrollo económico y social que no se sustente únicamente en el turismo. El turismo, gran fuente de riqueza para nosotros, debe basarse en un patrimonio bien conservado y mejor gestionado, en un diseño cultural amplio y mantenido en el tiempo y en un casco histórico vivo, habitado y atractivo que no sea un mero teatro de operaciones ni un escenario plagado de viviendas turísticas y actividades folclóricas.

Y una vez más, la participación ciudadana será un factor clave para todo ello.

* Exalcalde de Córdoba

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