La presencia de Rajoy ante un tribunal de la Audiencia Nacional con su correspondiente «pena de banquillo», me recuerda el Asunto Flick sobre la financiación ilegal de los partidos alemanes. Una Comisión Parlamentaria investigó las «donaciones» del consorcio Flick, entre 1969 y 1980. Llovieron millones de marcos en las arcas de la CDU/CSU, del SPD y del FDP. No era altruismo de Friedrich Karl Flick. Se le eximió del pago de impuestos millonarios cuando vendió a Kuwait su paquete de acciones en la Daimler-Benz. El nombre del canciller Kohl apareció en la lista de beneficiados y fue sometido a la «pena mediática» cuando declaró que no recordaba nada. También declaró Strauss con mejor memoria. Confirmó que su partido CSU sí recibió «donativos», pero con una importante salvedad: las exenciones fiscales fueron concedidas por el gobierno del socialdemócrata Helmut Schmidt. Las «donaciones» llegaron también a la caja del partido correligionario, PSOE, y el asunto Flick alcanzó mucha mas notoriedad en España que en Alemania. Mi colega Valentín Popescu, corresponsal de La Vanguardia, confirmó lo que Felipe Gonzalez negó --igual que TVE controlada por el PSOE-- con aquella célebre frase: «No he recibido ni una peseta, ni de Flick ni de Flock». El diputado alemán, Struck, afirmó que a través de la Fundación Ebert el PSOE recibió 2,26 millones de marcos entre 1975-1980. El Parlamento, gracias a la mayoría absoluta socialista, negó la evidencia y nunca investigó la contabilidad del PSOE. Felipe González declararía años más tarde: aquel dinero fue «para una buena causa».

* Periodista